Personajes. Rod Stewart: el último romántico
Mujeriego empedernido, el cantante, de casi 60 años, va por su quinta relación de pareja estable, y por el tercero de una serie de discos con canciones románticas norteamericanas que ha sido récord de ventas. Aquí, habla sobre la música y la vida, y dice que “los hombres, en el amor, son cobardes”
Hizo rock, pop, rythm & blues, country y folk. Cuarenta años en el mundo de la música y más de 130 millones de discos vendidos alrededor del planeta parecían haberle dado tiempo suficiente a Rod Stewart para probarlo todo. O casi todo. Desde 2002, en su faceta crooner (melódico-romántico), este eterno seductor de jóvenes rubias de piernas largas bate récords de venta con su serie de clásicos norteamericanos, The Great American Songbook.
Los primeros dos discos de esta serie, It Had To Be You y As Times Goes By, vendieron más de 10 millones de placas y fueron nominados a los premios Grammy.
Pero el logro mayor para la voz áspera y de marca registrada llegó con el lanzamiento, en octubre último, de la tercera obra de esta saga: después de 25 años, Stewart volvió a ocupar el primer lugar en la lista de ventas en Estados Unidos con Stardust.
A punto de cumplir los 60, quien supo hacer brillar el sonido motown, ese estilo de soul que combina r&b, gospel y pop, prueba, una vez más, que es especialista en convertir en éxito los temas de otros. Y que sabe tener los invitados adecuados para que lo acompañen a destellar. Dan cuenta de ello las participaciones de Stevie Wonder, Eric Clapton, Bette Midler y Dolly Parton.
Stewart demuestra que las canciones de los 20, 30 y 40 le quedan más que bien.
–¿Cree que hay una vuelta a la música romántica porque el mundo está tan incierto?
–Tal vez hay un regreso a los viejos tiempos románticos. Quizás es la generación del baby boom, que tiene tantas cosas a las que aferrarse. Realmente no podría explicar el porqué del éxito de estos discos.
O sea, son bárbaros. De hecho, son los únicos de mis discos que escucho.
–Los de este último CD son temas propios de un caballero. ¿Cuál es su punto de vista respecto de las relaciones entre el hombre y la mujer?
–Creo que las cosas están yendo por ese camino. Los hombres están más atentos a sus modales, a su manera de vestir, a su higiene y hasta al cuidado de su cutis. Si eso responde a tu pregunta...
–Sí, pero ¿hay algún reflejo suyo en, por ejemplo, Sentimental Reasons?
–Por razones sentimentales, sí. Creo que en ese tema van a escuchar un poco la influencia que tuvo Sam Cooke en mí. Es la canción que siempre quise hacer. Pero no hay un hecho en particular para cada uno de los temas, sólo que es genial cantarlos. Si sos cantante, podés abrirlos, darles tu alma.
El ex Jeff Beck Group y Faces reconoce que no todo fue tan fácil y que algunas canciones las hizo "bajo presión". Isn’t It Romantic es una de ellas. Stewart no quería cantarla porque no se sentía seguro de poder hacer un buen trabajo con ese tema, "pero al final resultó bien", comenta.
Quizá los productores Clive Davis, Steve Tyrell y Richard Perry deban ejercer, para un próximo álbum, la misma persuasión sobre Rod y así achicar su lista de "no" rotundos: dice que jamás haría Georgia In My Mind, de Ray Charles; I’ve Got You Under My Skin, de Frank Sinatra, ni A Change Is Gonna Come, de Sam Cooke.
–¿Lo sorprendió la actuación de alguno de los artistas que lo acompañaron en este nuevo disco?
–Con Bette (Midler) esperaba que las cosas salieran bien porque ella está muy familiarizada con estas canciones.
Dolly Parton me sorprendió. Ninguno de los temas que hicimos eran fáciles de cantar. Para Baby, It’s Cold Outside hay que tener mucha expresión y poner las palabras en el momento justo. Hizo un trabajo extraordinario. El tema primero lo canté con una cantante desconocida. Luego sacamos su voz y pusimos la de Dolly. Más tarde volví e hice mi parte nuevamente. Y Dolly hizo lo mismo. Cuantas más veces cantás un tema, más se abre y surgen nuevas ideas.
–¿Por qué eligieron a Eric Clapton para Blue Moon?
– El iba a hacer A Nightingale Sang In Berkeley Square o Blue Moon. Entró en el estudio y simplemente la hizo... me hubiese gustado estar ahí.
–¿Qué lo atrae de esa canción?
–Que a la gente le encanta; por eso me gusta a mí también. Casi no la hacemos para este disco; iba a ser el lado B de un single. Y aun teniendo todo en contra, igual salió a la luz. Es un tema viejo muy impreciso realmente. No tengo idea de por qué fue un hit. Si el disc jockey de Cleveland no la hubiese puesto, probablemente yo hoy no estaría haciendo esta entrevista. Fue un golpe del destino.
–¿A Nightingale Sang in Berkeley Square es su tema favorito en el disco?
–Es el único tema en todo el álbum que fue escrito por un inglés. Así que tuvimos que escribir una pequeña explicación. Siempre fue uno de mis favoritos. Es un tema tan romántico: "había ángeles cenando en el Ritz"... ¡Qué ritmo fabuloso, te hace temblar el cuerpo!
Aunque dice que ya nada queda de aquel alocado "Rod the Mod" –su viejo mote–, con noches de alcohol y mujeres en demasía, el símbolo sexual de los 70 sigue vigente y se adapta a las modas con la habilidad de un camaleón. El combo de arrugas seductoras y vestuario de caballero elegante dista muchísimo de aquellos pantalones ajustadísimos y remeras cortas con las que rockeaba por las calles de Londres.
–¿Se considera un metrosexual?
–Sí, lo soy. Me gusta comprar servilletas y todo ese tipo de cosas para preparar la mesa. Así que supongo que soy un metrosexual.
–Desde su óptica, ¿por qué los hombres ya no llaman por teléfono a las mujeres?
–Las llaman si eso es lo que quieren. Yo siempre le devuelvo todas las llamadas a mi novia (Penny Lancaster).
–¿Alguna vez dejó sin responder la llamada de una chica?
–Por lo general lo hago cuando estoy tratando de salir de una relación, pero eso no me pasa desde hace mucho tiempo. Sucede con los cobardes. La mayoría de los hombres, por no decir todos, son muy cobardes para terminar una relación; yo soy uno de ellos. Soy de lo peor, porque no me gustan los enfrentamientos; menos con una mujer. Ese es uno de mis defectos, de las cosas más terribles que he hecho.
–Todavía tiene tiempo de corregirlo…
–No intento cambiarlo. Tengo una novia amorosa en este momento. No terminaría nunca nuestra relación, salvo que ella ya no me necesite.
El historial amoroso de Stewart hace justicia a sus declaraciones (ver recuadro). En todas sus separaciones y divorcios, fueron ellas las que pusieron fin a la relación. En esas ocasiones siempre llegó tarde para entonar Have I Told You Lately (That I Love You). Lo que sigue es historia conocida: una rubia modelo lo espera en la esquina con los brazos abiertos para que llore su pena.
Ahora tiene una novia 27 años menor que él y una vuelta al ruedo musical sentado en el trono de los más vendedores. Los números en alza y la aceptación del público le hacen un guiño gigantesco para que su voz cobije más música romántica. Más que nunca, para Rod, suena Qué mundo tan maravilloso.
Entrevista y fotos: Gentileza BMG
De los 60 al 2000
- Hijo de padres escoceses y el menor de cinco hermanos, Roderick David Stewart nació el 10 de enero de 1945, en Highgate, Londres.
- Si bien desde 1963 formó parte de varios grupos musicales (Jimmy Powell & The Five Dimensions, Hoochie Coochie Men, Soul Agents, Steampacket, Shotgun Express) es en 1966 cuando comienza su carrera seriamente. En ese año se une a The Jeff Beck Group, donde conoce a su amigo Ron Wood, luego un Rolling Stones. Con Jeff Beck, Stewart edita los discos Truth y Beck-Ola.
- Tres años después, él y Wood se integran a Faces. Junto a Ian McLagan en el teclado, Kenny Jones en la batería y el bajista Ronnie Lane, editan 5 álbumes.
- En 1970, en paralelo con la banda, comienza su carrera solista. Lanza su primer disco, An Old Raincoat Won´t Ever Let You Down. Un año más tarde, el sonido de la mandolina en Maggie May, de la placa Every Picture Tells A Story, se convierte en su primer número 1, tanto en Gran Bretaña como en EE.UU.
- Luego llegan éxitos como Sailing, I Don´t Want To Talk About It, This Old Heart Of Mine, Tonight´s The Night, The First Cut Is The Deepest y una de sus mayores creaciones, The Killing of Georgie.
- En el epílogo de los 70, el rubio petiso de pelo alocado y algo narigón se alejó de su origen musical y empezó su migración hacia un sonido más disco. Da Ya Think I´m Sexy? (del álbum Blondes Have More Fun) lo evidencia. Alguna vez admitió: “A veces he seguido las tendencias de moda en mis discos. He grabado canciones que se suponía que iban a vender, oponiéndose a la idea de sentirme feliz.”
- La década del 80 encuentra al Rod más compositor. Vendrán discos como Foolish Behaviour, Tonight I´m Yours o Body Wishes.
- En 1993, Stewart se junta nuevamente con Ron Wood (la última vez había sido en Wembley, en 1986, para el homenaje al fallecido integrante de Faces, Ronnie Lane) y hacen Unplugged And Seat.
- En 2001 le remueven un tumor canceroso de la garganta. Tras 9 meses sin poder cantar, sale a la venta su última producción discográfica, llena de rythm & blues, Human. De ahí en adelante, se dedicará de lleno a The Great American Songbook.
Emilse Pizarro
Debilidad por las rubias
- Modelos de piernas kilométricas, mucho más jóvenes que él, y blondas, por supuesto. A todas las mujeres de Stewart les cabe esa descripción. El hombre atesora dos matrimonios, cinco hijos y una bien sustentada fama de mujeriego empedernido.
- La primera que logró llevarlo al altar fue Alana Hamilton, en 1979. Duró 5 años, hasta que ella se cansó del estilo de vida parrandero de su esposo. “Sufre
- el síndrome del rockero de 40 años”, sentenció. De
- este matrimonio nacieron Kimberly (24) y Sean (22).
- Los 3 millones de dólares que pagó al divorciarse no le preocuparon: ya tenía nueva novia… cuando aún estaba casado. La modelo Kelly Emberg fue su pareja desde 1983 hasta 1990. Tuvieron a Ruby (17) y al poco tiempo se separaron porque ella no soportaba sus infidelidades.
- Rod encuentra otra rubia 24 años menor, Rachel Hunter. Se casó con la modelo en 1990 y tuvo dos hijos, Renee (13) y Liam (11). En 1999 ella pidió la separación. Desde 2002 convive con la fotógrafa y modelo Penny Lancaster (en la foto).
E.P.
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