Sala de Payogasta. La casona reciclada de principios de Siglo XX que enamora por su paisaje e historia
Casi se podría hablar de expertos en crisis al referirse a la vida de esta tranquila finca en Cachi, más precisamente en Payogasta. Un paisaje, con una rica historia detrás, que seduce a descubrirla con esa tranquilidad de las tardes norteñas de Salta. Fue en el siglo pasado, en la conocida crisis del 29, cuando muchos propietarios de la zona decidieron vender sus tierras. Entre los pocos que no se fueron, quedaron dos familias: los Gana y los Ruiz de los Llanos. Tanto Emilio Gana como Policarpo Ruiz de los Llanos decidieron quedarse en Payogasta, trabajar la tierra, mantener vivas sus respectivas fincas y sacarlas adelante con mucho esfuerzo y dedicación. Ese amor por su tierra que hoy se disfruta al recorrerla, ese sentimiento de pertenencia que conmueve al conocer su historia.

Dos familias que le hicieron frente a la crisis del 29´
Ubicada en Payogasta, Depto. De Cachi, provincia de Salta, la finca fue adquirida en 1795 por el Capitán Francisco Nicolás García de San Roque. Tras su muerte, la heredó su hija, Doña Buenaventura San Roque, cuyos restos descansan en la Iglesia de Payogasta. Sucesivas transmisiones hereditarias la fueron fraccionando en distintas fincas, cada una con nuevos propietarios, uno de ellos Julio César Ruiz de los Llanos.
La llamada Guerra de la Independencia se desarrolló principalmente en la zona del Valle de Lerma (zona central de Salta y Jujuy). Desde aquí, fueron los Escuadrones de Gauchos del Valle de Cachi, uno de los cuales estaba comandado por Bonifacio Ruiz de los Llanos, antepasado directo del actual propietario de la finca.

La crisis de 1929 y 1930 produjo una paralización casi total de la economía regional, basada principalmente en la cría y engorde de hacienda, destinada a las minas de salitre de Chile. Debido a esto, casi todos los antiguos propietarios de fincas vendieron sus tierras y emigraron a la ciudad. A partir de 1936 se introdujo en la zona el cultivo de pimiento para pimentón, lo que significó un gran alivio económico e impulso productivo para la región. De allí proviene la historia de la actual finca.
"Payogasta es su lugar en el mundo"
Hoy, Julio Emilio (bisnieto del coronel Bonifacio Ruiz de los Llanos), con 72 años, sigue trabajando la tierra y manteniendo viva la historia familiar en la región.
"Sin pensarlo ni un solo segundo, puedo afirmar que Payogasta es su lugar en el mundo. Si bien su vida transcurrió y transcurre de manera compartida entre la ciudad y el campo, claramente su corazón permanece aquí, inundado de recuerdos, de vivencias y de anécdotas", cuenta Candelaria de Los Llanos,
Socia y Gerente del hotel y una de las cinco hijas de Julio. Y agrega: "Mi padre pasó por numerosas dificultades económicas, políticas y sociales, pero se reinventó infinidad de veces. Tuvo inconvenientes físicos, pérdidas emocionales, pero también formó una hermosa familia. Y a pesar de todas las vicisitudes que tuvo, jamás, cuenta Candelaria, demostró ni un mínimo de frustración".

Un hotel que refleja la historia y la esencia del lugar
En 2005, en sociedad con la familia Alonso, se conformó el proyecto Payogasta Turismo, que da vida al hotel, al restaurante y a otras actividades.
De esa manera surgió Sala de Payogasta, un hotel que pone en valor un sitio con historia y una hermosa casona reciclada. La casa, representativa de la arquitectura local, es la Sala de una finca construida a principios del siglo XX por la familia Gana-Ruiz de los Llanos. Sus patios y su entorno son el reflejo de la economía austera y autosuficiente que floreció en las haciendas de los Valles a partir de la Colonia.

Contigua al Parque Nacional Los Cardones, en el hotel se pueden apreciar valiosos objetos y herramientas de la vida rural andina, conservados por la familia propietaria. La historia local se refleja en el estilo y decoración del sitio y se expresa en un enorme patio de piedra de casi 400 m2, rodeado de una imponente galería con columnas de adobe, a la cual se abren las espaciosas habitaciones. El lado oeste de la casona se orienta sobre un paisaje sorprendente conformado por la barranca del río Calchaquí y los nevados, que es aprovechado en las vistas de cinco habitaciones y el desayunador.
Reinventarse en tiempos de pandemia
¿Cómo los afectó el coronavirus? "Sin disminuir el impacto que generó esta situación a nivel mundial y que seguirá generando durante un largo tiempo, la realidad es que nuestra historia (tanto en lo personal como en lo laboral) nos enseñó y nos acostumbró a enfrentar situaciones de crisis. Innegablemente el turismo es uno de los sectores más afectados y con mayor riesgo de depresión. Nuestro principal turismo era, hasta antes de la pandemia, extranjero, sobre todo europeo. Y está claro que pasará mucho tiempo hasta que podamos recuperar ese público. Pero, mientras podamos, seguiremos aguantando y apostando al mañana, con esperanza y paciencia. Estamos convencidos que se resolverá, antes o después, y que nuestro hotel volverá a ser un lugar de encuentro con la naturaleza", responde Candelaria de Los Llanos.

Candelaria cuenta que en medio de la pandemia incorporaron los servicios a las posibilidades y deseos de los visitantes regionales, implementando actividades alternativas al aire libre como, caminatas y paseos.

"También nos vimos en la necesidad de adaptar nuestros propios servicios, para cumplir y acompañar los requerimientos sanitarios establecidos: modificamos el desayuno buffet por desayuno en mesa, limitamos la disponibilidad de mesas en el restaurante, modificamos las opciones gastronómicas, y todo lo que esté a nuestro alcance para sobrellevar la situación, de la manera menos perjudicial posible".
¿Cómo imaginan la finca y el hotel una vez que volvamos a la "normalidad"? "A la finca y el hotel, los analizamos de distintas maneras, y tienen proyecciones diferentes. Por suerte, el campo siempre sigue en marcha. Con subas, bajas, y desequilibrios, ya tenemos amplia experiencia en sortear dificultades. Pero con el hotel, nos pasa algo un poco diferente y es que la visión se hace un poco más borrosa. Sin embargo, confiamos en una recuperación lenta, pero firme. Teniendo una mirada esperanzadora, creemos que podría haber una explosión de turismo cuando la situación se normalice un poco". Hay proyectos y campañas, hay marcas como la Cerveza Corona que han lanzado iniciativas para fomentar el turismo regional (como la campaña Viajes con conexión en la que sortean estadías en diferentes estancias del país)

"La gente ya está manifestando que prefiere un turismo regional y en contacto con la naturaleza, al aire libre y con la mayor desconexión ciudadana posible. Por esto, creemos que, si logramos aguantar y superar este mal trago, lo que viene será muy bueno. La constancia y la perseverancia en el trabajo, sin dudas forjan la personalidad de la familia, y nuestra manera de encarar la vida. El amor por la tierra, el respeto por la gente y una visión emprendedora, hacen que tanto la finca, la casa y la familia, formen parte del corazón del pueblo de Payogasta. Y eso, nos emociona cada día".
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