San Valentín: ¿el festejo del amor o la burla del romance?
"Hace 18 años, cuando abrimos, en Buenos Aires nadie festejaba San Valentín. Esto cambió, y mucho. Desde hace ya una década se convirtió en una fecha importante para la gastronomía, todas las mesas suelen estar reservadas", cuenta Darío Muhafara, dueño de Green Bamboo, el restaurante vietnamita que viene alimentando amores hace casi dos décadas. "No creo que todavía sea parte del ADN argentino, tiene algo de impostado, pero a la vez celebra algo que sí es parte de nuestra idiosincrasia, que es expresar el amor. En ese sentido, es más parecido al Día de la Madre que a Halloween, que nos es por completo ajeno", dice.
Festejo que despierta polémicas, San Valentín cuenta con siglos de historia. Nació como celebración pagana en la Europa antigua, la adoptó y transformó la Iglesia, se hizo fuerte en los Estados Unidos e Inglaterra adoptando a Cupido como su deidad, para terminar -Hollywood mediante- siendo exportada al resto del planeta.
Hoy se considera esta fecha una buena excusa para susurrar cosas lindas al oído del ser amado, dar un regalo o brindar por una vida en conjunto; pero también como una fecha tan melosa como conservadora, defensora ideológica de ese “amor romántico” que está en plena discusión. De allí que hoy el mundo se separe en dos festejos opuestos. Hay lugares que invitan a celebrar San Valentín, desde restaurantes con platos y ambientación especiales hasta miles de comercios con regalos ad hoc, toneladas de bombones en forma de corazón, ositos de peluche y flores al por mayor. Lugares que incluso –si bien lentamente– salen de su propio placard temático, sumando perspectivas de género. Y están también quienes apuestan en contra de esta fecha, acusándola de sentimentalismo barato, y ofreciendo propuestas diseñadas en exclusiva para grupos de amigos, para solteros y para parejas que no quieren replicar el formato íntimo. “Para muchos se viene el día más molesto y empalagoso del año. A todos ellos queremos decirles que no están solos: enamorados de la birra, en El Textil los esperamos con los brazos abiertos para festejar la amistad y la soltería en un lugar sin corazones ni flechitas en las paredes”, afirma por ejemplo una cervecería de Palermo.
Está claro: a favor o en contra, San Valentín no permanece indiferente. Aquí, algunos planes para armar el festejo que cada pareja o corazón solitario prefiera.
A favor
- Una noche vietnamita
Costa Rica 5802
Clásico porteño, Green Bamboo cuenta con todas las armas para ser uno de los mejores lugares donde festejar de a dos. Primero, porque el restaurante se encuentra en un gran momento: a lo largo de 2017 modificó varios platos, comenzó a abrir al mediodía, lanzó su brunch de fin de semana; señales que demuestran que, más allá de sus 18 años, está en plena actividad. Segundo, por la ambientación: repleto de objetos orientales, colores por doquier, una iluminación justa y gran barra, permite elegir sentarse en mesas bajas con almohadones a modo de living o en las comunes con respaldo en las sillas. Tercero, por la propuesta de cocina vietnamita, ideal para comer con las manos, descubrir sabores desconocidos, con delicias ligeras y frescas que no pesan luego en el resto de la noche. Para este 14, Green Bamboo presenta un menú con cuatro platos (rolls fritos de papel de arroz, pinchos de pollo en caña de lemongrass y dos curries con leche de coco) y un postre para compartir en la mesa, junto con una botella de Padrillos rosado, a $1200 la pareja.
- A pura delicadeza
Cavia 2985 (reservas al 4809-8600)
Si hay un lugar que pueda definirse como bello, es Casa Cavia. Más aún en las noches cálidas de verano, cuando mejor se aprovechan las mesas en el patio/jardín de esta casona construida en 1927. Allí conviven una editorial, una florería y el maravilloso restaurante comandado por Julieta Caruso, que logra sutilezas únicas en cada plato. Para este 14, pensaron un menú que arranca con un cóctel aperitivo preparado por el bartender Lucas Dávalos en la barra al fondo del patio; sigue con un primer paso de zucchini, crema de almendras y polvo de nueces pecan; luego langostinos, leche de tigre, palta y maíz. El tercer paso es de cordero, mostazas y hierbas; y el cuarto de láminas de arroz, frutos rojos y sake (cada paso que incluye carnes puede ser reemplazado por una opción vegetariana). Como final, trufas de chocolate y chupaletas de Aperol. El precio por persona con maridajes de vinos de Ernesto Catena es de $2400; sin vino, $1700. Y vale la pena sumar un arreglo de flores de Blumm Flower Co, por $200 adicionales.
- Un brindis por copa
El Salvador 5777
Un wine bar con un par de mesas en la calle puede ser el escenario perfecto para un brindis enamorado. En ese camino, M Salumería se presenta como una de las mejores opciones: pequeño, íntimo, casi escondido, con atención personalizada y profesional, y con algunos vinos increíbles para probar por copa. Entre ellos, algunas etiquetas importadas que solo se consiguen allí, ya que es la propia Mariana Torta (sommelier y creadora del lugar) la que los elige, viajando y yendo a conocer a los pequeños productores a cargo. El lugar es tan perfecto para parejas que no precisa armar nada especial. Se puede ir y pedir, por ejemplo, una fresquísima copa Legado Sauvignon Blanc de la bodega De Martino (del Valle de Casablanca, en Chile), seguir con una del Pinot Noir de Dog Point (Nueva Zelanda) y terminar con un Mocali Rosso de Montalcino de la Toscana. Todo acompañado de una tabla de fiambres y quesos con maravillas como el chorizo de ahumado natural de El Hornero de Roque Pérez. Un lugar para conocer de vinos, de regiones y de amores.
En contra
- Cervezas para todo el mundo
Guatemala 5086
Si hay un bebida fácil de asociar a la amistad, al bullicio y a los grupos grandes, es la cerveza. Más aún en este momento en que las cervecerías artesanales tomaron los cien barrios porteños con mesas en las calles y miles de pintas saliendo de sus canillas, en una postal que poco suele tener de romántica. Para estas fechas, hay dos propuestas especiales: el 13 de febrero, Growlers “invita a celebrar a quienes no les ha llegado el amor y también a quienes sí lo encontraron, pero que no resisten el romanticismo de esa fecha”. Por eso, desde las 18, en los locales de Palermo y Caballito, ofrecerán happy hour extendido hasta las 22, además de sorteos, cervezas especiales y algunas sorpresas (sucursales en www.growlerscomunidadcervecera.com.ar). Por su lado, Cervecería El Textil realiza su propio anti-San Valentín: el 14 de febrero invita a subir una foto o video a las redes, con el hashtag #ElTextilEnamorado, donde se vea al protagonista festejando con “amigos, amigas, compañeros de trabajo o quien sea, salvo parejas”. El que más likes logra se lleva degustación de cuatro cervezas y papas con cheddar.
- Bohemia multiartística
Perón 1829
Según el diccionario, ataraxia significa imperturbabilidad, serenidad. Un estado de ánimo tranquilo, ausente de toda perturbación. Así, el Ciclo Ataraxia es una propuesta de un grupo de jóvenes que el martes 13 festejan en Ambigú su versión del anti-San Valentín. “Deconstruyamos el amor romántico llegando a nuestra propia ataraxia”, definen. Como primer evento dentro del ciclo, este Volumen 1 lleva el título de “Amate hasta las entrañas”, e incluye artes visuales (con diversos artistas exponiendo trabajos en historieta, fotos, collages, dibujos y escritos varios), también habrá lecturas poéticas, tres shows de música en vivo (Camilo, Lucrecia Castro y Juana y Cassandra), micrófono abierto a disposición del público y mucho jam e improvisación. Para el final, prometen música y baile, todo por una módica entrada de $30 en puerta y recaudación a la gorra para los artistas participantes. Una noche a pura creación, lejos del cliché romántico.
- Con vista panorámica
Rosario Vera Peñaloza 360
Lo llaman Sin Valentín, y con ya tres años de vida es uno de los festejos en contra del día de los enamorados más establecidos en Buenos Aires. Organizado por Hotel Madero, con la idea de que no es necesario estar enamorado para celebrar, la edición 2018 recupera el lema de “No Cupid, no roses, no romance”, con una fiesta que se realizará el viernes 16 de febrero, de 20 a 1, en el último piso del hotel. Allí, con vista panorámica de Puerto Madero y de sus diques, junto a la pileta, prometen música en vivo de DJ, cócteles de autor a base del london dry gin Tanqueray, para comer rolls de sushi y varias sorpresas que invitan a jugar e interactuar entre los invitados, todo en un ambiente muy chic. Lo mejor: este festejo Sin Valentín marca el inicio de la temporada en la terraza del hotel, con diferentes eventos que se sucederán a lo largo de los meses. Para ir, es necesario anotarse en lista antes a través del correo rsvp@hotelmadero.com.
Green Bamboo ofrece un romántico menú de cuatro platos