“Los serial cheaters”: ¿cómo identificarlos para evitar los cuernos?
“¡Me c*gó con media Argentina y con media Europa!” (sic)
No hay que hacerle a los demás lo que no querrías que te hicieran, dice un mantra acerca de la fórmula de la felicidad. Y es así de fácil ser feliz, lástima que uno lo aprende después de pegarse uno que otro golpe. Cuando la extenista encontró a su marido y a su amiga revolcados en su propia cama, quizá no recordó cuál era la situación sentimental del futbolista cuando lo conoció y que no era precisamente un hombre libre. Parece que según las declaraciones de la autora de la cita que encabeza este texto, mientras estuvo en pareja viviendo en Europa, él la habría engañado sistemáticamente, incluso con quien luego sería su esposa.
El caso que agitaba las redes sociales estos días coincide con la noticia sobre el divorcio de la modelo Emily Ratajkowski y su marido Sebastian Bear-McClard, que después de cuatro años casados y un hijo habían decidido poner fin a su relación. ¿La causa? Cuernos. Los clásicos y eternos cuernos. Él se los habría puesto durante el matrimonio y repetidas veces, describe la revista People, que mediante una fuente anónima informaba que había sido ella quien tomó la iniciativa. Tan bonita estaba el día de su boda con un vestido amarillo de la famosa firma española....
Cuestión es que el concepto de serial cheater, o infieles seriales, definición que cabalmente aplica al perfil de los protagonistas -salvando todas sus distancias- viene de serial killer o asesino en serie, y alude a que -como el homicida- el infiel siente una pulsión incontenible de engañar a sus parejas, independientemente del estado de su relación con ellas o de sus cualidades personales, sostiene un experto en piscología consultado en un artículo de diario El Mundo.
Mujeres espléndidas y capaces en lo suyo, sin embargo, a ellos no les alcanzan. Como tampoco le alcanzaba a John F. Kennedy, Jack Nicholson, y entre otros personajes más cercanos en el tiempo, Tiger Woods, Charlie Sheen, Brad Pitt, Ben Affleck o Chris Rock. La lista también incluye a Elizabeth Taylor y Kristen Stewart, igual de famosas por su sed insaciable de conquista. Ratajkowski es una de las modelos mejor cotizadas del mundo, empresaria, activista comprometida en varias causas y autora de un libro sobre la imagen que ha tenido éxito de crítica, pero ya lo vemos, a cualquiera le puede pasar.
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Un narcisista insatisfecho
Lejos de ser un latin lover o alguien generoso de afectos, capaz de “repartirse” tantas veces como le pide el público, el serial cheater es ante todo un enfermo. Su conducta responde, al decir de los especialistas, a ciertas patologías psicológicas que comparten muchos de los casos.
“Lo más probable es que estemos ante un trastorno narcisista de la personalidad. Las personas narcisistas necesitan utilizar a los demás para sentirse queridos y admirados. Les gustan los retos y demostrarse a sí mismos continuamente que están por encima de los demás. Por esto mismo, les encanta vivir la pasión del enamoramiento (se sienten más admirados y valorados que en una relación larga). Al narcisista no le satisface una relación de pareja estable y duradera, pues con el tiempo la pareja va obteniendo su independencia y deja de idolatrarlo. Las infidelidades sacian sus necesidades: el reto de no ser descubierto, las emociones fuertes, el sentirse deseado y que domina la situación, etcétera” coincidían las terapeutas Inés Bárcenas y Ainhoa Plata.
Según la experiencia de Bárcenas, estos individuos además suelen sufrir de un trastorno de la personalidad histriónico y dan excesiva importancia al atractivo físico y a ser sexualmente deseables, por ello están en pose midiendo el impacto de sus encantos en los demás, buscando validarse. Son ésos que en las redes de citas te dan like solo para demostrarse cuantos match pueden conseguir, aunque después nunca te escriben. “Quizá nunca lleguen a consumar el acto de la infidelidad, pero les gusta gustar y flirtear. Son incapaces de mantener una relación de amistad con alguien del sexo opuesto”, afirmaba la psicóloga consultada.
El amor, una cuestión invasiva para los infieles
Sin rencores, la conductora y actriz en cuestión sonó bastante comprensiva al hablar de su ex, es más, lo recuerda como un chico de origen humilde que de repente alcanzó fama y dinero, en síntesis, alguien que de un día para el otro se volvió “rubio, alto y de ojos verdes” … como dice el refrán acerca de ciertos millonarios.
Aunque es cierto que su vida puede no haber sido tan fácil. “Suele ocurrir que estas personas han aprendido en su infancia que el amor es algo invasivo, que la intimidad es algo dañino, agobiante. Esto provoca que, en sus relaciones adultas, cuando las cosas se ponen serias y su pareja les invita a tener un compromiso más firme, se rebelen contra ello desarrollando estas conductas como respuesta a esa supuesta ‘intrusión’” y concluyen finalmente que la baja autoestima también es causa de este tipo de infieles reincidentes.
“Suerte que en ese momento no existía Instagram” agregaba la conductora en alusión a las redes y aplicaciones de citas que vinieron a multiplicar las posibilidades para los infieles, de hecho un estudio elaborado en 2014 en el Reino Unido demostraba que son la causa de separación de un tercio de las parejas consultadas. “Cambiaron totalmente las reglas del juego de los serial cheaters. Ahora es muchísimo más fácil contactar con personas, generar identidades falsas y ocultárselo a tu pareja. De hecho, en todos los casos que he atendido de personas que han sido infieles repetidamente, había aplicaciones de citas y redes sociales de por medio”, decía Bárcenas sobre las apps, en las que las personas se convierten en un simple bien de consumo. “Nos hacen pensar ‘si con esta persona no me sale, hay mil más con las que puedo flirtear’”, concluye.
LA NACION