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Sexo: técnicas para darte tu propio placer

La soltería es una etapa genial para el autodescubrimiento y la diversión. Hacete cargo de tu libido y no la dejes en stand by.




Pasaron más de seis meses desde que cortaron. Desde entonces, pocas personas te llamaron la atención y tuviste algún encuentro, sí, pero a la hora del balance, contás más desencuentros que con buenas historias. O a veces no hace falta estar soltera para sentir que el deseo está en una especie de terapia intensiva. La solución no es divina: es actitud.
Estar un rato solas –solteras o no– también puede ser una oportunidad para cultivar la intimidad con nosotras mismas. A la noche, cuando llegamos a casa, después de laburar o ir al gym, cocinar y mirar una serie, también podemos crear el espacio para descubrir algo nuevo. Somos un misterio y lo que nos excita es una incógnita hasta para nosotras mismas. Pero hay algo seguro: el deseo que no se alimenta es deseo que se muere. Y para mantenerlo vital, hay que dedicarle tiempo y perseverancia. Aventurarse en lo desconocido, jugar, explorar nuevas opciones. No pienses adónde podés llegar, dejá que la libido te lleve.

1. Ponele actitud

Entrar en el modo deseante es la clave para arrancar. Encontrá tu propio ritmo de descubrimiento, pero lanzate, no necesitás a nadie más. Prestale atención a tu cuerpo. Podés empezar mirándote desnuda frente al espejo y abriendo ese portal de sensaciones que es tu piel. Recorrerte con la crema de todos los días o con un aceite nuevo, de algún aroma rico. Y cuando estés ahí, tomá conciencia de tu mano mientras te mirás frente al espejo. Vos misma podés mantener viva tu piel y eso ya es toda una revelación.

2. Apretá el corazón

Lo más valioso de usar las aplicaciones de citas no son las citas en sí –que pueden funcionar o no– sino ese descubrimiento hermoso para la autoestima que traen consigo: si apretás el corazón en lugar de la cruz, hay altísimas probabilidades de obtener reciprocidad. ¿Por qué? Les gustás a muchas más personas de las que creías.
Y a partir de ahí se produce algo bien interesante: un curso gratuito de coqueteo con desconocidos. Esa energía atrevida y sexy queda en vos, reciclala, llevala a otro lugar; sonreíle un rato más a alguien en la oficina, sostené la mirada en la calle, dejate mirar por una chica en el subte, alimentate de tu propia seducción.
La actitud también pasa por ahí: por ponerte un lindo vestido a pesar del frío o cambiar las zapas por unos buenos tacos para ir a trabajar. ¿Y qué tal si cambiás el color del labial o debajo del jean volvés a usar esa lencería especial? Aunque suene superficial, activar tu modo de verte exteriormente también empieza a cambiar una fibra más interna, de conectarte con las sensaciones y la posibilidad de sentirte deseada por otros.

3. Date placer

La masturbación puede convertirse en un momento preciado e íntimo. El primer paso es conocerte: tené un espejo cerca, mirá cómo sos y cómo reaccionás ante tu propio tacto. Para empezar, usá algún gel íntimo y dejá que el estímulo haga su parte. El orgasmo a veces se hace desear, pero es un reflejo del cuerpo; si no perdés la paciencia y le dedicás tiempo, va a llegar.
Es importante saber que el deseo es una construcción. Si estás desconectada de vos misma, si no conocés qué te gusta o no sabés cómo darte un orgasmo a vos misma, la responsabilidad de que otro te lo dé es enorme. Y muy difícil. Si la libido solo está puesta en eso una vez cada tanto, cuando tenés un encuentro fortuito con alguien, es muy probable que la presión y los nervios de lo nuevo no te dejen disfrutar de la mejor manera.
Encontrá el momento para experimentar qué se siente cuando te estimulás de formas en las que no lo hiciste antes. Por ahí es el riesgo de algún lugar prohibido, por ahí es el chat caliente con un desconocido, las fotos anónimas del sexting, un nuevo vibrador o alguna película. Si una está en actitud de búsqueda, siempre encuentra.

4. Hacé que el cuerpo mande

Si nadie te toca y vos tampoco lo hacés, la piel se entumece. Como esa escena de Antes del atardecer, cuando él le dice a ella: "Siento que si alguien se atreviera a tocarme, me disolvería en moléculas". Y si no te gusta nadie, podés mover tu cuerpo y hacer que la energía del movimiento te recorra y entre en contacto con otros cuerpos: entrá a esa clase de tango, de jazz o de swing y bailá con alguien. O hacé papelones de desincronización frente al espejo en la clase de reggaetón. Sin exigencias ni prejuicios; el movimiento es un motor para habilitar ese espacio de roce con los otros, que pueden estimularnos más de lo que pensábamos.

5. Mirá porno para chicas

Todas alguna vez miramos porno. Pero quizá no todas sepamos que hay cosas muy hermosas dando vueltas en la web. Y que está todo en el teléfono y a un googleo de distancia.
Existe una corriente de porno ético o porno feminista que es muy interesante. No tiene que ser cutre, con iluminación horrible y movimientos bruscos. Chusmeá el porno de Erika Lutz o de Vex Ashley, o ese que protagoniza la actriz argentina María Riot; hacen films bellos y muy excitantes, en los que el placer de la mujer está en primer plano, los cuerpos son más reales y todos la están pasando bien. Esas imágenes probablemente te despierten sensaciones que después podés aprovechar... sola o con otros.

6. Accesorizate

Una linda ropa interior de encaje o una de algodón que te haga sentir sensual. Un pantalón nuevo que sea suave al tacto, el perfume ese que descubriste, el movimiento sutil y erótico frente al espejo. Todo eso suma. Pero la vibración de un sex toy es irremplazable. Abajo el pudor; hay sex shops atendidos por mujeres o podés comprarlo por Internet: podés mirar en www.erotiquepink.com y elegir el que más se adapte a lo que te gusta. Aparte, cada vez vienen con diseños más lindos y ergonómicos, para que tu ratoneo se active. ¿Cómo? Buceá en las escenas más hot de tu propio historial erótico, fantasear con alguien nuevo, mirar alguna película. O lo que tengas ganas.

7. Salí al encuentro

Muchas veces, entre nuestra lista de contactos hay encuentros esperándonos. Elegí a esa persona que tenés ahí, que te parece interesante pero con la que nunca hablaste. ¿Qué pasaría si un día abrieras el chat y dijeras "hola"? No sabés lo que puede pasar, y probablemente te sorprenda. Generá el momento, divertite con lo que no sabías que podías hacer. Una charla inocente o un hot chat, lo que surja, va a provocarte, vas a sentir deseo. Y ahí estás vos, haciéndote cargo de eso. Esa es la autogestión que vale: no una autosuficiente y todopoderosa, sino una consciente y alineada con cómo queremos sentirnos con nosotras mismas.

OMGYes, un tutorial hot

Si el placer al masturbarte no es el mismo que en un encuentro con alguien, es simplemente porque son dos cosas muy diferentes. El autoplacer tiene su técnica y tiene su encanto. En EE. UU., unos científicos hicieron una serie de videos tomando como base un estudio del placer femenino y los agruparon en una plataforma online, que se llama OMGYes y enseña formas de llegar al orgasmo por estimulación propia. Nadie nos enseñó a masturbarnos, y tampoco nos contamos entre amigas qué tipo de estimulación es la que nos sirve. Por eso, acá se reúnen testimonios de mujeres y miles de herramientas para ponerse en acción. Pensemos en cómo los hombres se tocan a pesar de tener pareja; es algo con ellos mismos, con su cuerpo y sus fantasías. Es hora de que nos hagamos cargo de que tenemos las nuestras, y que hay un mundo por descubrir en el placer en solitario.
Y vos... ¿Cómo manejás el deseo en épocas de soltería? ¿Te sentís dueña de tu sexualidad? También leé: "Aprendí a no callarme más" y Qué es el moon flow
Experta consultada: Gabriela Kozyra, médica tocoginecóloga y sexóloga (M. N. 78.084).

Amores

Cuatro notas para entrar en el mundo de las relaciones.

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