Sobre las botas con taco de Marcos Rubio
Nueva York.-¿El pelo de Donald Trump? ¡Qué tema tan 2015! En el comienzo de este año, el detalle que tiene obsesionados a los seguidores de la carrera presidencial norteamericana son, en cambio, las botas de Marco Rubio. El bootgate, ya lo llamaron, por supuesto.
Resulta que días atrás, el senador por el Estado de Florida y precandidato republicano se subió al bus de su campaña y un reportero político de The New York Times, que antes había sido corresponsal de moda, notó algo inusual. Le sacó una foto de la pantorrilla para abajo, la subió a Twitter e inmediatamente ésta se volvió viral. ¿Qué había retratado el periodista? El calzado de Rubio, que consistía en unas botas negras de cuero con taco grueso de más de cinco centímetros.
"¡Totalmente sacadas de la película Austin Powers!", opinaron en la cadena NBC, y le dedicaron todo un segmento en el poderoso noticiero matinal. Es más, siguiendo con el paralelo con la película que satiriza a las de espías de los 60 con el protagonista siempre irresistible para las mujeres, las clasificaron de shagalicious, el adjetivo que usan en el film para algo que es tan delicioso que invita a la actividad sexual. Vanity Fair invitó a sus lectores a ver quién adivinaba diseñador y costo. New York Magazine comparó a Rubio con Harry Styles, el líder del grupo pop de muchachitos One Direction que suele acompañar sus pantalones chupines y pelo al viento con dicho calzado.
Los rivales de Rubio en la campaña no se quedaron atrás. El jefe de comunicación de Ted Cruz tuiteó: "Un voto para Marco Rubio es un voto a favor de las botitas de tacos altos para los hombres"; Carly Fiorina, la única mujer entre los prenominados republicanos, subió una foto con sus propios tacos y desafió: "Marco, ¿te animás a estos?"
Por supuesto que no es la primera vez que un candidato usa botas con algo de taco. Lyndon B. Johnson, Jimmy Carter, George W. Bush, Ted Cruz, Rick Perry, Bill Clinton y Ronald Reagan, entre otros, las lucieron, aunque siempre en el modelo de cowboy cuyo simbolismo masculino y americano no necesita explicación. Las botas "metrosexuales" de Rubio, en cambio, se acercan más al caso del ex gobernador Rick Perry, quien en 2014 apareció con anteojos de marco negro grueso a lo Clark Kent. "Un hipster", lo denostaron los medios.
Sin embargo, de todos los análisis sobre el tema, quizás el más interesante es el de Vanessa Friedman en su columna en The New York Times. Friedman señala que, cuando es de rigor para los candidatos vestirse de manera similar, hacer algo distinto puede jugar a favor por la desproporcionada atención que el gesto despierta. Por ejemplo, Rick Santorum usó un chaleco de lana sin mangas en la última elección que, pese a ser considerado aquí un "símbolo nerd", despertó tanta simpatía que sus seguidores empezaron a vender "chalecos Rick Santorum" en el sitio de su campaña.
Y las botas de Rubio pueden ser vistas como un gesto de apertura hacia los votantes de las ciudades más progresistas que desconfían de los conservadores. Si las va a seguir usando será un tema para tener en cuenta en 2016. Y si encima despierta una tendencia, en la Gran Manzana marcada por lo fashion, Rubio será considerado un ganador se quede o no con la nominación republicana.
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