Buenas, buenas… Me escribió nuestra lectora de ayer para decirme que agradecía los comentarios, que le hicieron bien. Así que extiendo el "gracias".
Les confieso que cuando era adolescente no me gustaba mi nombre, me parecía de loser llamarse así: "soledad", y estaba harta de todos los apodo del estilo Soledad Dolores Solari. Me parecía una profecía de lo que sería mi vida. Cuando la increpaba a mi mamá con por qué me había puesto ese nombre, ella me respondía: "Pero estar sola no es feo, te permite pasar tiempo con vos, es un espacio de pura creatividad".
Eso lo aprendí muchos años después. Hoy cada vez que me levanto temprano y me dedico una hora enterita para mí a hacer yoga, respiración y meditación; a contemplar mis pensamientos y agradecer tantas bendiciones que me rodean; a escribir mis cosas, entonces tiene un nuevo sentido la soledad. Ayer me preguntaban si tenía algo positivo el estar sola. Ni lo dudé. Durante este tiempo donde el Universo me puso el desafío de mudarme de mi casa de concubina, para volver a vivir en un depto de soltera, aprendí lo poderoso que podía ser encontrarse con una misma. Entonces, saqué un combo de habilidades que ni sabía que tenía, desde ingeniármela para resolver un desagüe tapado hasta lidiar con mi tristeza.
Entonces, me venía una frase de Sri Sri Ravi Shankar:
"Si cuando estás solo, te aburrís, ¿qué les espera a los demás cuando estén con vos? También se aburrirán". Entonces pensaba, si mi vida es una celebración, todos querán venir a mi fiesta. Mientras, simplemente aprendo a estar sola.
¿Qué piensan?, ¿cómo viven la soledad?
Les dejo un tema que me fascina "Soledad", de Jorge Drexler.
¡Buen martes!