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 • HISTORICO

Tendencias a la fuerza




Las personas inmunes a los dictados de la moda no existen. Todo sujeto capaz de ir a elegir su propia vestimenta termina, de una u otra manera, influenciado por lo que se usa. Es muy difícil escapar a la única propuesta, incluso para aquellos que se jactan de usar cualquier cosa o de ponerse lo primero que encuentran. Todo es cuestión de tiempo, pero siempre se cae.
Chupin bien

Chupin bien - Créditos: Gentileza prensa

Un jean, un traje, una camisa, un vestido o un par de zapatos: todos esos productos fueron pensados y estudiados años antes llegar a la vidriera. Cada color, cada corte y cada estilo fueron diseñados para gustar, a primera vista o por cansancio. Está el que se sube a la moda a los tres meses y está el que lo hace en el octavo año, cuando ese ciclo de la moda terminó, pero que igualmente se jacta de no usar lo que se usa.
No sucede en un estudio, ni en una pasarela ni en un negocio de la avenida Alvear: pasa en el tren, en el colectivo y en la sala de espera del dentista. La moda surge en la calle.
Todo empieza con uno, luego con otro, y con otro, y con otro. Y así hasta que un grupo de personas que adoptan el mismo estilo son visualizadas por los trendsetters, que no son otros que los responsables de definir qué es lo que se va a usar y qué no. ¿Se acuerdan de Miranda Priestly en The Devil Wears Prada?
Chupin punkie

Chupin punkie - Créditos: Gentileza prensa

Hace cinco o seis años sólo usaban pantalones chupines los hombres que seguían la moda o estaban super avanzados en cuestiones de tendencia. O los punks, claro, que le dieron nuevos argumentos a algunas marcas (como Henky Penky) para diseñar modelos homenaje, como el Joey Skinny Jean. Hoy el corte de cualquier pantalón, inclusive el más clásico, es mucho más achupinado que el clásico de hace 6 años atrás. Lo vemos en conductores de televisión que se resisten a asumir que los chupines les quedan mal, que los hacen parecer trompos (no hablo de vos, Doman; no hablo de vos, Iúdica). ¿Pero por qué? Cuando no entiendo algo, pregunto.
"Eso es una tendencia de consumo, ya dejó de ser una moda. Las tendencias son las que influencian a los compradores permanentemente, sean o no seguidores de la moda", me explica Loli Chaves, Gerente de marketing y producto de Penguin Argentina, una marca clásica que se adapta a esa tendencia sin perder su esencia histórica.
Si la moda tiene sus ciclos, ¿qué se va a usar dentro de diez años? "Quizás haya que ir a Tokio", dice Raquel Gorospe, coordinadora de moda y marketing de Socialité Press. "En Japón están los trendsetters que nos dicen qué se va a usar, más aún que en Londres, París o Nueva York".
"La gente se adapta a la tendencia cuando la puede asimilar y cuando se siente capaz de poderla llevar, porque no todos somos iguales", agrega Gorospe. "Hay tipos a los que les llevó 8 años interpretar que está bien ponerse un pantalón de color siendo hombre heterosexual", ejemplifica.
Chupin cool

Chupin cool - Créditos: Gentileza prensa

Pero entonces, ¿qué es lo que se escucha en el probador de al lado? No es un hombre probándose un jean chupín con su novia mirándolo con la cabeza metida entre la cortina. Tampoco es la pregunta "¿esto no me marca demasiado acá?" y la respuesta "no, ahora son así, te queda bien". Mucho menos la posibilidad de pedir un talle más grande con la esperanza de que apriete menos. Lo que se percibe desde el probador de al lado de un negocio que vende jeans es un hombre siendo permeable a la tendencia, o quizás uno que se cansó de buscar el reemplazo para su viejo pantalón recto. Dudas, vueltas y pocas certezas. Un tipo que seis años atrás hubiera sido un adelantado, pero que ahora será uno más del montón.
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