Crónicas masculinas. Todo por amor
Por Martín Kanenguiser (*)
Somos como dos almas gemelas." La frase podía sonar normal, hasta cursi, si no fuera porque ella lo observaba desde una silla de ruedas y él se emocionaba desde la cama de una sala de terapia intensiva. Se volvían a ver después de unos días de dormir profundamente, tras un accidente que los encontró juntos.
Ella, que se despertó y recuperó antes, le había enviado cartas de una habitación a la otra del hospital en las que le confesaba su deseo de verlo bien y su agradecimiento por tener otra oportunidad en la vida.
Pero al fin, esa tarde, Darío y Viviana se tomaron de las manos para darse fuerza. Lo habían hecho muchas veces, en diez años de matrimonio, pero esta vez el destino los había puesto verdaderamente a prueba. Afuera estaban los médicos, y el rezo de familiares y amigos.
Yo tuve el privilegio de observar con emoción ese reencuentro. "Somos dos almas gemelas", fue la frase.
Suficiente para que él, que aún estaba en la cama, entendiera que tenía que recuperarse y volver a caminar.
Sonará cursi para algunos, pero es una historia real. De esas que -por suerte- se pueden contar. Historias que permiten comprender de qué se trata el amor, y qué cosas son importantes en la vida.
(*) El autor es redactor de la sección Economía
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