Tomates, por Agustín Brañas
En casa. En su familia son fans del tomate asado al horno. "Mi abuela los pelaba siempre", recuerda Agustín. Si no están muy maduros, él los pela con un cuchillo, y si están más a punto los pasa unos segundos por agua hirviendo. Y concluye: "Todavía no encontré hierba alguna que no vaya bien con el tomate".
Compromiso. Brañas dice que ahora es el momento. "Como cocinero y como padre, siento la obligación de transmitir el compromiso de comer los vegetales cuando están en estación. Que los chicos conozcan de dónde viene, cómo se siembra, quiénes lo cosechan, así como el trabajo y el valor que hay detrás de cada fruta que viene de la tierra".
Preferido. "Elijo redondos, pero hay muchas variedades; el amarillo es casi como comer un durazno, por eso cuando están punto son tan dulces que a la salsa de tomate con ajo y oliva no hace falta agregarle azúcar", dice Agustín, que guarda en el freezer la salsa en porciones, y luego la usa para pastas, pizza, lasaña, sopa, milanesas, pescado y quesos.
Variedad. "Hay una variedad infinita que de a poco empiezan a aparecer acá, y eso es muy bueno. Cuando viajo, siempre que puedo traigo semillas con variedades de tomates para sembrar, se las llevo al Tata, un gran amigo que tiene invernadero en la Costa Atlántica; él los siembra y cosecha".