Trasplantados cardíacos: ellos también pueden competir
Hace casi 52 años, el cirujano Christiaan Barnard vio latir el corazón que acababa de retirar de una joven donante en el pecho de otro ser humano. Eran las 5.52 de la mañana del 3 de diciembre de 1967 en el quirófano principal del Hospital Groote Shuur, en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y no pudo evitar pronunciar una frase que luego se haría famosa: "Jesús, parece que esto va a funcionar". "En ese momento no imaginó que el procedimiento que estaba llevando adelante, el más osado y acaso más espectacular en la historia de la medicina, se iba a estandarizar como un tratamiento más para los pacientes en su fase terminal de cardiopatía de base", me cuenta Marcelo Nahin, cirujano cardiovascular del Hospital Británico y coordinador de transplante cardíaco del Hospital de Alta Complejidad en Red, a quien convoqué para hablar del tema en el Día Mundial del Corazón.
Lo que Barnard tampoco imaginó es que los trasplantados de corazón iban a poder realizar deportes a nivel competitivo. "Hoy los trasplantes se realizan en todo el mundo y salvan miles de vidas a lo largo y ancho del planeta. Los trasplantados pueden llevar una vida totalmente normal, tomando la medicación necesaria y realizando los controles periódicos", ilustra el especialista. De hecho, en 2014, investigadores daneses determinaron que los trasplantados cardíacos se benefician de un entrenamiento de alta intesidad mucho más que de uno de intensidad moderada. Y así, desde 1978 y con el patrocinio del Comité Olímpico Internacional, se desarrollan cada dos años los Juegos Mundiales de Trasplantados, donde participan atletas de diferentes disciplinas que han recibido un órgano.
Suena lejano y casi increíble, pero aquí también sucede: en el país funciona la Asociación de Deportistas Trasplantados de la República Argentina (ADETRA), que promueve el deporte y la actividad física en los pacientes trasplantados y difunde y concientiza sobre la importancia de la donación de órganos. Y en este marco se dan hazañas como la de Gustavo Chrzanowski, que en 2016 ganó seis medallas en los VIII Juegos Latinoamericanos para Deportistas Trasplantados, y había sido operado en el Hospital de Alta Complejidad en Red.
El Día Mundial del Corazón fue instaurado para concientizar acerca de la prevención de esta dolencia, que producto de la vida moderna y los malos hábitos comienza cada vez a edades más tempranas. Casi 18 millones de personas fallecen por año en el mundo, producto de las enfermedades cardiovasculares. Pero algunos de los que llegan a revertir el panorama a tiempo, como Gustavo, también logran convertirse en héroes. ¿Adónde voy con esto? A que nunca es tarde. Y a que el ejemplo de otros bien podría ser tu fuente de inspiración. Porque no hace falta llegar al límite ni enfrentar los peores miedos para tomar la decisión de mejorar la vida.
Cuatro libros: lecturas para fortalecernos
1 Carreras extraordinarias para gente común, por Andrés Hatum
2 Revolución senior, por Sebastián Campanario
3 El camino del bienestar, por Fabián J. Ciarlotti
4 Cómo hacer que las cosas pasen, por Guillermo Echeverría