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 • HISTORICO

Manejá los celos: ¿tu amiga se hizo amiga de tu amiga?

Lo que pensábamos que era una buena noticia se convirtió en la excusa para sentirnos desplazadas y heridas; ¿qué hacer entonces?




Esto no nos gusta nada, pero no da que hagamos un planteo. ¿O sí?

Esto no nos gusta nada, pero no da que hagamos un planteo. ¿O sí? - Créditos: Corbis


Por Aline Vilches

Un día, estábamos tomando algo con una amiga del laburo y nos encontramos con otra amiga del colegio: "¡Qué casualidad! Las presento: María, Ani; Ani, María. Estábamos justo yendo a esta expo de fotos... ¡Ah!, te encantaría porque vos también sacás fotos... ¿Querés venir?". Y vino. Se cayeron re bien. Se pasaron el PIN. "Buenísimo, así se comunican entre ustedes para ir a sacar fotos." Brutal. "¿En serio?, ¡qué bueno, pegaron re buena onda y quedaron en verse!" Pensás para tus adentros: "Un poco rápido, ¿no? Pero bueh, no vamos a opinar, genial que se llevaron bien". Además, en el fondo, estamos muy orgullosas de que fuimos nosotras las que hicimos el vínculo y esperamos que alguna de las dos nos invite a la salida que están planeando. Porque sería lo que corresponde, ¿no? No se cortarían e irían solas, ¿no? Ambas son amigas nuestras. Ni da. ¿No?...

¿Y acá qué pasó?

Esperamos... y esperamos hasta que –al fin– suena nuestro móvil: "¡Hola, María! Ahhh... ¿La llamaste vos?, ¡qué divina! Sí, ¡obvio que está todo bien! ¿Y cómo la pasaron? Ah... ¡¿Ya se vieron tres veces?! ¡Mirá qué loco! O sea que la pasaron bomba... ¡Espléndido! ¡Geeenial! ¡Obvio que me encanta que se hagan amigas! Ah, no, no sabía que se había enfermado Rocco. Sí, claro que la voy a llamar, gracias. ¿Algo más le pasó esta semana?". Cualquiera. ¡¿Qué pasó?! ¿Cuándo nos empezamos a enterar de cosas de una por la otra?¿Por qué ahora nos enojamos? Una sola respuesta: celos. ¿Qué significa que se enferma el hijo y nos enteramos por la otra?, ¿quién la consoló?... ¡¿Ella?! ¿Cuántas veces lo vio a Rocco? ¡Nunca! ¿Cómo pasamos de ser el nexo a no existir? Esto no nos gusta nada, pero no da que hagamos un planteo. ¿O sí?

¿Tan grave es?

Y sí. ¿Por qué? Porque son o ERAN –somos un toque exageradas las mujeres– NUESTRAS AMIGAS, y ahora, ¿nos borraron? Según nuestra experta en relaciones interpersonales, los celos son un estado emocional ansioso que se caracteriza por el miedo ante la posibilidad de perder lo que se tiene y lleva muchas veces a sentir que el otro elige siempre a otro. "¡Claro, ahora la prefiere a ella! Como si nunca hubiera existido yo." ¿Inmadura, tal vez? Mmmm... Un poco, ¿no? Entonces, ¿tenemos miedo de perder a nuestras amigas? ¿Es eso? Y... sí. Y nos sentimos infantiles porque, si bien los celos se sienten en todas las etapas de la vida, es en la adolescencia que aparecen más fuertes por el lugar que ocupan los vínculos de amistad en esa etapa, que fortalecen el sentimiento de pertenencia.
Es interesante observar que los hombres también sienten celos, pero no de esta manera y no lo manifiestan así –léase, como si tuvieran 12 cuando tienen 33–. Todas en algún momento de nuestra adultez tenemos una regresión al estilo: "Te quiero, no te quiero ver más, te odio, andate con ella. No, pará, te re quiero...". También hay personalidades más celosas que otras, y esto tiene que ver con la historia de cada una, que idealmente deberíamos tratar en terapia, así no somos esclavas de esta emoción tan dolorosa.

¿Por qué me siento mal?

Aun cuando estamos embroncadísimas, bien en el fondo, sabemos que las amistades se van dando naturalmente, que son de orden inconsciente y que cuando presentamos a dos amigas, o bien una amiga a un grupo, y se da que establecen una amistad y nos sentimos desplazadas, es mejor ver por qué pasa esto: ¿por qué padecemos la situación en lugar de disfrutar y compartir nuestras amistades? Claro, muy fácil la teoría. Pero es verdad que nuestro carácter posesivo nos estaría dificultando la capacidad de ver al otro libre de elegir nuevos amigos, de disfrutar esta nueva amistad.

¿Qué hacer?

Así que ahora, entendiendo que somos nosotras las locas de #!$%/@, nuestro consejo es que nos relajemos (sí, es lo peor que se le puede decir a una mujer que está irritada, pero va en serio). Está bueno entender que no nos van a dejar de lado y saber que una amiga nueva es como un chiche nuevo porque te escucha por primera vez y no te puede decir: "¡Terminala con ese tema!". Entonces, sólo hay que dejar pasar su luna de miel. Una vez pasado eso... ¡olvídense! Volverán a nosotras, porque somos sus amigas de toda la vida, y además será genial que se conozcan entre ellas: nuestros cumpleaños van a ser más divertidos, nos sacan presión de algunos eventos, ¡hay que mirarle el lado positivo! Y sumarse en vez de quedarnos a un costado, pero, eso sí, no nos juguemos a perderlas
¿Pasaste por esta situación? ¿Cómo lo encaraste? Contanos.

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