Colores pastel y materiales nobles crean una atmósfera relajante y llena de vida, ideal para una casa de vacaciones
Los franceses lo llamaron Art Nouveau, pero en la Barcelona de Gaudí se rebautizó para siempre como Modernismo. Sin embargo –y más allá del estilo y la geografía del edificio–, los protagonistas de esta historia son italianos.
Los arquitectos Andrea Serboli, Matteo Colombo (ambos del estudio CaSA) y Margherita Serboli se asociaron para reformar este departamento y convertirlo en una residencia de vacaciones. No sería una tarea simple; la vivienda tenía una distribución longitudinal de ambientes estancos que debía transformarse por completo, pero el pedido del cliente incluía resaltar la arquitectura del edificio con una mirada actual.
El equipo entonces proyectó tres ejes transversales. El primero, que coincide con la entrada, reúne living, comedor y una cocina abierta donde antes había un cuarto. El siguiente es el fuelle rosa que articula los dormitorios infantiles y el volumen de madera que contiene el baño común y el vestidor. Por último está la suite, un ambiente que toma toda la luz del contrafrente.
Resuelta la estructura, el interiorismo recuperó los elementos originales y les dio su merecido protagonismo moderando la variedad de materiales y colores de la decoración. Dicho de otro modo: crearon espacios simples y luminosos, con la armonía de un lenguaje esencial.
El juego óptico en tonos pálidos actualiza el diseño inspirado en los mosaicos calcáreos, típicos de la Barcelona de principios del siglo pasado
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Izquierda. La reforma recuperó las carpinterías y la bovedilla, que estaba tapada. El estar se ambientó con un mueble vintage intervenido, un sofá esquinero, sillas tipo ‘Acapulco’ y un gran cuadro de Piero Serboli. Las mesitas/canastos con base de finas varas de hierro entramadas reiteran la paleta, como así también los almohadones y textiles. Derecha: puro diseño contemporáneo: el cable de la lámpara colgante de Normann Copenhagen se organizó entre los percheros ‘Dot’, de Muuto. Sobre la mesa, objetos de cerámica negra y género índigo de la tienda catalana Materia.
El piso de cemento alisado con terminación satinada crea un efecto alfombra rodeando los calcaréos del comedor; luego, avanza hacia la cocina y las zonas más oscuras reflejando luz.
Surge de la alzada, pero pareciera que toda la cocina es color salmón. Continúa en un pasillo que causa sensación con lo mínimo: una pared, el cielo raso y spots que tiñen el blanco
La casa vuelve a mezclar su particular gama en la intimidad del dormitorio, y se hace más intensa aplicada en los linos y las panas que visten la cama
Cortinas traslúcidas permiten el paso de la claridad, que se multiplica y crece hasta el infinito en brillantes terminaciones espejadas, esmaltadas y satinadas.
El reverso del respaldo contiene una mesada con bacha de apoyo que antecede al baño de la suite. Como corresponde a estos espacios prístinos, tiene cerámicos tersos. El detalle: el revestimiento de mosaicos al estilo panal de abeja en un celeste grisáceo que combina maravillosamente con el visón de las cortinas.
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