Agender
En la incesante lucha por captar la atención del consumidor, las firmas de moda crean y recrean conceptos con tres propósitos: provocar, sorprender y generar un tema de conversación. Como prueba de ello, Selfridges, la famosa cadena de tiendas británica fundada en 1909, acaba de lanzar una campaña llamada Agender: moda sin género. Si bien la androginia no es novedad en el mundo fashion, Selfridges lo hace propio y lo vuelve una declaración de principios. Así, desde su página Web, le da la bienvenida a los usuarios explicándoles el significado de Agender e invitándolos a celebrar la no definición de género. Para reforzar la campaña convocaron a Scott Schuman, creador de The Sartorialist, para retratar gente anónima que adopte este estilo en las calles londinenses. Además subieron un fashion film donde los códigos tradicionales de indumentaria dejan de ser femeninos o masculinos. Abrazan el culto a la no forma, a las siluetas sin sexo, a las paletas de colores sin ellos ni ellas. Bajo el velo de esa aparente libertad se traslucen dos puntos que, cuanto menos, llaman la atención. Uno: en el header de su página Web la primera segmentación que aparece dice Mujer y luego Hombre. ¿Quedamos en dividir por género o no? Y dos: cierto control sobre el individuo al querer vestirnos a todos iguales, casi uniformados. Nietzsche afirmaba que no había que buscar la realidad debajo de las apariencias porque éstas ya son la realidad. Compremos, entonces, la idea de androginia si estamos eligiendo desde un lugar consciente, pero que las firmas no se hagan los vanguardistas con nosotros, los clientes, porque estamos cada vez más despiertos.