El diseño en nuestra vida
Hoy, el diseño de indumentaria forma parte de nuestra cotidianidad. Sin embargo, hasta hace no tantos años era algo extraño, una incógnita.
Vale recordar que en 1989 se comenzó a dictar la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, dando lugar al nacimiento de esta disciplina.
Esta experiencia resultó sumamente estimulante a pesar de que muchos cuestionaban el sentido de esta labor. En aquel entonces, la moda se basaba en la copia de un modelo ajeno, y en cierto punto se percibía una intención y un orgullo por parecer europeo. Pero también era un momento de euforia; la vuelta a la democracia dio lugar a gran cantidad de manifestaciones artísticas. Los movimientos de Arte moda ocuparon el espacio público como reacción a años de uniforme y dictadura, y fue surgiendo una masa crítica de futuros fotógrafos, videastas, productores y editores de moda.
Desde la Primera Bienal de Arte Joven (88- 89), los desfiles pasaron del té canasta a la calle como un canto de libertad después de años de un modelo estricto y asfixiante. Esos movimientos tuvieron una impronta determinante en la generación de esta carrera, muchos de sus protagonistas formaron parte de los equipos docentes y se generaron importantes debates sobre la noción de modelo, cuerpo, cultura e identidad.
Quizás hoy a la distancia el sentido de la identidad fue uno de los aportes más ricos que ha tenido la carrera y una necesidad básica por la que había que comenzar la labor.
Esta carrera nació con baja expectativa y quizá fue una de las razones de la libertad con la que se desarrolló. No contábamos con publicaciones que la avalaran como disciplina proyectual. Y básicamente teníamos todo por aprender.
Pero la tarea de la facultad se reconoce en la inserción de sus egresados. Son ellos quienes emergen a través de su trabajo como modificadores del contexto.
En un comienzo los graduados fueron encontrando su lugar en el área de producto. Un área regulada básicamente por el marketing y la tendencia internacional. Fue recién con la crisis de 2002 que los diseñadores lograron un verdadero reconocimiento como productores de ideas con valor comercial y de exportación.
Ellos demostraron ser capaces de llevar adelante proyectos cuando parecía que todo se desmoronaba poniendo en valor la identidad nacional.
Hoy, gran cantidad de emprendimientos y publicaciones nos categorizan como centro de tendencia y capital del diseño.
Somos referentes en lo pedagógico como productores de bibliografía especializada, y hemos dado lugar al desarrollo y la creación de carreras similares en diferentes lugares del país y el resto de América latina.
La palabra diseño ya no es una incógnita. Numerosos nombres, proyectos y marcas son identificables a través de esta palabra.
Por eso, hace casi dos meses festejamos por primera vez en la FADU el Día del Diseñador de Indumentaria y Textil. Esa fecha coincide con la conclusión del trabajo de la comisión que armó el plan de estudios de la carrera, allá por 1987. Fue un homenaje a todos aquellos que formaron parte de este sueño y a los que día a día transitan esta aventura del diseño.
Arq. Andrea Saltzman, profesora de diseño, autora de El cuerpo diseñado y directora de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil FADU UBA
Andrea Saltzman