Laura Driz: “Las marcas ya no siguen la moda del exterior”
Es de la generación de diseñadores que hicieron historia en la moda local. Después de unos años fuera del mercado vuelve al ruedo con su firma Jadriz
Es de las que arrancó en Palermo con diseñadores que lograron cambiar la forma de concebir la moda local. En la UBA fue compañera de Pablo Ramírez y Nadine Zlotogora. "A partir de esta camada, las marcas empezaron a contratar diseñadores. Hubo un cambio en el producto y la imagen. Esto generó que se empezaran a armar equipos de trabajo. Hasta entonces, todo era bastante despersonalizado", recuerda. En 2000 se instaló con Mood en Palermo y tres años más tarde, la marca evolucionó y pasó a llevar su nombre. Con Laura Driz dio el gran salto: tuvo locales en Unicenter, Paseo Alcorta y Patio Olmos, y desarrolló la venta mayorista en el interior y países limítrofes. Luego de una larga pausa lanza Jadriz, con un showroom en Palermo.
–¿Extrañaste?
–Terminé por cuestiones personales. Estuve trabajando en otras cosas y ahora pude volver a lo mío. Me encanta diseñar. Siempre le transmito a mi hijo que lo mejor que te puede pasar en la vida es tener claro desde chico qué es lo que te gusta hacer. Entonces te dedicás con pasión y no hay nada más lindo que poder vivir de eso. Cuando de tan chica lo pudiste hacer tenés esa necesidad de volver.
–¿Qué diferencia ves entre tu generación de diseñadores y los nuevos?
–Tienen otra visión. Es más práctica. Nosotros hacíamos todo. Hoy la carrera se desglosó. Tenés gente que se dedica exclusivamente a la imagen de la marca, otros a redes sociales y cómo llegás al consumidor, otros al desarrollo de accesorios. Nos formaron para hacer todo y creo que esta visión global que tenemos es la gran diferencia con las nuevas generaciones. Los nuevos diseñadores están más especializados y arman equipos.
–Hablemos de Jadriz.
–Surge de la experiencia que tuve con mis marcas anteriores. Apunta a una mujer de 25 años en adelante que valora el diseño simple. Tiene detalles, pero cuando ves las prendas es despojada y hecha de tejidos nobles. Trabajo sedas y algodones en sus distintas versiones. Hay una revalorización del accesorio y un gran mix de texturas.
–La nota distintiva de esta temporada.
–Siempre elijo un estampado que se va trabajando tanto en los accesorios como en las prendas. Este verano elegí una obra de Mariano Chavero, un artista plástico que trabaja con grafismos en blanco y negro. La estampa es figurativa y no figurativa a la vez. Se ven paisajes y algo de la pincelada japonesa con tinta china.
–¿Tienda a la calle o shopping?
–Me gusta más el trabajo que se hace en una tienda con la clienta, como cuando tenía el local en Palermo. Las oficinas estaban ahí, entonces muchas veces bajaba, charlaba y asesoraba. Me encanta eso de encontrar dentro de tu colección lo que a cada clienta le queda mejor. Ese ida y vuelta es superenriquecedor para la marca y cuando estás en un shopping ese contacto se pierde.
–¿Cómo ves la moda local?
–Hay un montón de marcas que tienen su imagen y su producto definido. Podés identificar la prenda con la marca. Veo que las firmas ya no siguen a rajatabla la moda que dicta el exterior, sino que se empiezan a animar a sostener lo que les parece importante.
–¿Qué le falta a la industria?
–No tiene que ver con el diseño, sino con la industria textil. Diseñamos con las telas a las que podemos acceder o que encontramos. Todo lo que es el desarrollo es muy lento. En Brasil, por ejemplo, la industria textil es muy fuerte y trabaja muy mano a mano con los diseñadores, creo que todavía esa alianza en la Argentina no logra darse.
–¿Por qué?
–Tiene que ver con la economía del país, con esto de que hay un gobierno y se impulsa una determinada cosa, cambia y se tira atrás todo lo que se hizo y se impulsa otra cosa. Podés hacer crecer la empresa hasta cierto punto, después necesitás créditos y si bien hay un camino incipiente, todavía no se ha concretado.
OBJETO QUERIDO
. Una muñequera de Jadriz. Es un accesorio práctico, versátil, que se adapta a cualquier look y es muy personal. Siempre llama la atención.