¡Alerta! Témpano a la vista
Se cumplen 10 meses desde que me acerqué de oído a conocer datos de nuestro sistema educativo y ya estoy nadando en un mar de frustraciones. Para algún desprevenido aviso que nuestro sistema educativo se encuentra herido, casi de muerte.
Podés pensar, egoístamente, que tus hijos (hermanos, sobrinos o vos) están "salvados" porque van a la escuela más cara del país. Spoiler alert: estamos complicados en todos lados. Comparto dos motivos de por qué esto es así. Primero, cuando comparamos los alumnos de escuelas de mayor nivel socioeconómico en Argentina en las pruebas internacionales de matemáticas, vemos que tienen peores rendimientos que los estudiantes españoles de menor nivel socioeconómico. Segundo, no olvidemos que aunque seas de ese grupo que representa menos del 1% del país seguís conviviendo con el otro 99%. Hasta el más libertario sabe que no dejamos de vivir en sociedad y por ello nuestro propio devenir se encuentra atado al devenir de todos nuestros conciudadanos. Vamos todos en el mismo barco.
Ahora, ¿cómo está el otro 99%? Para simplificar veamos grandes números. Según los resultados de pruebas Aprender de primaria publicados este año, a nivel nacional 4 de cada 10 estudiantes no alcanzan niveles satisfactorios en matemática y no se observan mejoras en los últimos 2 años. Aún en los estratos más favorecidos socioeconómicamente, 2 de cada 10 estudiantes no alcanzan niveles satisfactorios en matemática, mientras que en los más desfavorecidos son casi 6 de cada 10. Tengamos en cuenta que más de la mitad de los menores de 14 años en nuestro país se encuentra debajo de la línea de la pobreza.
Es evidente que una escuela no está pensada para resolver todos las necesidades de millones de estudiantes que se encuentran en situaciones socioeconómicas desventajosas. Al mismo tiempo, como declara la Academia Nacional de Educación, necesitamos "promoción urgente de políticas activas destinadas a asegurar la nutrición y el desarrollo infantil, acompañando a las madres gestantes y a los niños desde el nacimiento y durante la primera infancia". Y también pedir por "la implementación prioritaria de las políticas educativas en las zonas desfavorables".
La Academia habla de que pongamos nuestros mayores esfuerzos donde más se necesitan. El éxito de nuestro sistema educativo para las próximas décadas va a depender de lograr espacios de contención, aprendizaje e igualdad de oportunidades. Con la mitad de los menores de 14 años debajo de la línea de la pobreza, a la escuela le toca hoy ser mucho más que una escuela. Es una realidad con la que conviven miles de familias, docentes y ciudadanos que trabajan en el sistema educativo. Sola no puede, necesita de más recursos, mayor planificación y nuevos equipos de contención para alumnos, familias y docentes.
Está en nosotros dejar de pensar que las deficiencias del sistema educativo afectan a algunos pocos. Sea cual sea nuestro nivel socioeconómico no estamos recibiendo educación de alta calidad. Pasan los años y nosotros seguimos sin ver la urgencia que representa para nuestra sociedad que millones de jóvenes se encuentren fuera del sistema, o estudiando en condiciones muy adversas. En este siglo y con nuestra realidad necesitamos transformar la escuela, empezando por donde más se necesita.
Chocamos contra un témpano de hielo y todavía no nos dimos cuenta. Necesitamos reaccionar rápido para que en las próximas décadas el barco no termine de hundirse.
Manuel del Pino