Ángela Signes, la promotora de la literatura nac & pop que tiende lazos con el mundo editorial
La esposa de Oscar Parrilli, presidenta de la Conabip, dispone de importantes recursos para equipar las bibliotecas de todo el país
Para el gran público es un personaje anónimo. Pueden haberla visto en el escenario del Encuentro de la Palabra que se celebró en marzo en Tecnópolis. O en una foto codo a codo con la ministra Teresa Parodi, su jefa, pero no mucho más. Ángela Signes, presidenta de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), sin embargo, es la mujer de Oscar Parrilli, el actual jefe de los espías de la ex Side, uno de los hombres de máxima confianza de Cristina Kirchner. Ejerce la función pública desde 2004, cuando ingresó como vocal al organismo que hoy preside, y se considera, ante todo, una militante de la cultura popular. Una promotora de los contenidos nac and pop, una figura alejada, por decisión propia, de los resonantes debates intelectuales que protagonizó Carta Abierta en la última década.
Entre los escritores, en cambio, es conocida por ser la responsable de que sus libros lleguen a los estantes de alguna de las más de 2000 bibliotecas populares adheridas a la Conabip, cuyos responsables hacen uso del programa Libro % y se abastecen así anualmente en la Feria del Libro de material de lectura para sus socios lectores. Este programa, además de financiar el viaje a Buenos Aires y los gastos de alojamiento, les permite adquirir textos al 50% del valor de venta al público y es "lo único que justifica la feria en términos comerciales", según una fuente conocedora del negocio editorial que bendice año a año el paso raudo de los bibliotecarios por los pasillos de La Rural, portando sus carritos cargados de cajas con libros. Esta compra no es exclusiva, ya que complementa la distribución centralizada de libros que se realiza año tras año para lograr "la promoción y el desarrollo del pensamiento nacional y latinoamericano", según se indica en el portal del organismo.
Pero la Conabip también es bendecida en el mundillo de las letras por el reconocimiento que brinda a los escritores, el premio Amigo de las Bibliotecas populares, que este año fue otorgado a la autora de Las viudas de los jueves, la prestigiosa Claudia Piñeiro, entre otras personalidades, y que en el pasado recibieron Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Bayer, Mercedes Sosa, Adrián Paenza, León Gieco, Alejandro Dolina, el historiador Norberto Galasso, Quino y Juan Sasturain.
Más allá del mérito de este galardón, lo que algunos escritores también le agradecen a Signes son los altos cachet que paga la Conabip cuando los invita a disertar públicamente. "No me consta que haya un pedido expreso de contraprestación, pero muchos en el ambiente sienten que es otra forma de comprar voluntades para la causa", explica preocupado por preservar su anonimato un novelista que oportunamente fue tentado a sumarse a estos eventos y que decidió no asistir por miedo a quedar "enganchado" políticamente a la gestión kirchnerista.
Dama con presupuesto
Bibliotecaria de profesión, la esposa de Parrilli (una leonina de 62 años) sucedió en el cargo a María del Carmen Bianchi. Su mano derecha es Julia Magistratti, poeta y promotora del Festival Federal de la Poesía, que tuvo lugar en el marco del Encuentro de la Palabra 2015 y para el que viajaron artistas de todo el país, a los que se les financiaron los viáticos.
"En general es Julia quien nos contacta. Es el enlace. A Ángela le toca la mirada política. Ella es quien gestiona en función de una idea política. Pero se cuida mucho de no hacer uso del apellido de casada. Eso siempre está, de todas maneras. Quizá sea ése el motivo por el que se esfuerza en exceso por respetar las estructuras y ser muy discreta", detalla alguien que la conoce del tiempo en que Signes era el brazo ejecutor de un gran sueño presidencial: mudar la Feria del Libro a Tecnópolis.
Según el relato de esta fuente, la idea de fundar una nueva feria del libro, dándole un carácter federal, surgió al calor de los festejos del Bicentenario, pero fue resistida por el mundo editorial, que recibió presiones "tratando de que la aceptaran con el argumento de que no les comprarían más libros desde el Estado". Finalmente, esa idea se convirtió en el Encuentro de la Palabra (tuvo dos ediciones, la última en marzo pasado), un festival oficial de cultura que cuenta con una alta presencia del mundo editorial, pero en un stand colectivo, lo que evita que las empresas deban destinar recursos de sus presupuestos al oneroso armado de un stand propio.
Un dato que no puede ignorarse en este contexto es que Oscar Parrilli, por entonces secretario general de la Presidencia, fue por orden de la presidenta Cristina Kirchner el encargado de monitorear los festejos y las obras realizadas en el país con motivo de los 200 años de la Revolución de Mayo, así como la puesta en marcha de Tecnópolis.
Lejos de esa fiesta patria, Ángela Signes administra desde la Conabip un presupuesto contra el que nadie se anima a levantar la voz. "¿Quién va a querer que le tiren con aquello de libros no, alpargatas sí?", bromean en el Palacio Pizzurno.
El organismo fue creado por la ley 23.351, sancionada en 1986, durante la gestión del radical Raúl Alfonsín. Recibe aportes del Tesoro a través del presupuesto nacional, y también administra un fondo especial nutrido por un impuesto de emergencia del 31% sobre todos los premios pagados en juegos de sorteos (loterías y similares) y por apuestas en las carreras de caballos. Su página web (www.conabip.gob.ar) no tiene datos sobre su flujo actual de recursos, y se limita a reflejar que "la gestión iniciada en el año 2003 logró, a 2010, un incremento de su presupuesto de aproximadamente un 400%".Según datos de la Auditoría General de la Nación, el ente de contralor del Estado que depende del Congreso, en 2013 la Conabip tuvo asignados $ 58 millones, pero ampliaciones posteriores llevaron su presupuesto a $ 77 millones. De ese total, $ 54 millones fueron subsidios a bibliotecas.
La AGN aprobó el informe de auditoría. Reconoció que los mecanismos de distribución de libros respetan un criterio plural. Pero entre sus observaciones incluyó la falta de un planeamiento estratégico y cierta disparidad en la entrega de fondos a las bibliotecas para asistir a la Feria del Libro. Citó, en este sentido, que entidades ubicadas en una misma provincia (Chaco) habían recibido cifras que iban desde los $ 600 hasta los $ 10.000. En su descargo, la Conabip lo justificó en la necesidad de reintegrar más viáticos a los afectados por un paro de ómnibus de larga distancia.
Las finanzas personales de Signes, según las declaraciones juradas que presentó a la Oficina de Anticorrupción (la última es la de 2013), también hablan de alguien que sabe administrar bien sus propios recursos. Allí consta que tiene propiedades en Río Negro (una casa heredada en Cinco Saltos y un lote propio en Cipolletti) y dos inmuebles en Mari Menuco, una localidad neuquina ubicada junto al lago homónimo que en el verano es un centro de deportes acuáticos. A la hora de ahorrar, antes que dejar el dinero en un banco o el colchón, eligió títulos públicos, como el cupón PBI o el Boden 2015. Otra muestra de que sabe, con conocimiento de causa, que el Estado paga bien.