Apenas cenizas
Keswick, CALIFORNIA.- En esta imagen, el color de la desolación es ocre. Terroso, gris, quizá cobrizo. El color de la desolación aplasta tanto como la gran pesadilla hecha realidad: una casa, tu casa, devorada por las llamas. Bree Seville se llama la chica que, en cuclillas, intenta limpiar de cenizas lo que alguna vez fue el ingreso a la casa familiar. La rodea lo que en otras circunstancias sería un bucólico paraje de California, pero que de momento apenas es lo que resta de un pavoroso incendio forestal. Sequía y calor. Mucho calor. Hace rato que el cambio climático dejó de ser una posibilidad más o menos cercana; los californianos lo saben. Basta con ver esos árboles chamuscados, esos metales deformes, los restos indescifrables de alguna construcción. Aunque el verde, se sabe, siempre regresa. Con el mismo empeño con que Bree limpia lo imposible con su diminuto cepillo azul.