Apuntes para una cumbre
El presidente Menem acaba de reiterar que en caso de que Europa no esté dispuesta a negociar sobre el comercio agrícola, la reunión cumbre del Mercosur con la Unión Europea (UE), por realizarse en Río de Janeiro a fin de este mes, será un fracaso. Buena manifestación, con la que el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, viene coincidiendo repetidamente.
Muy pronto, a comienzos del año próximo, deberán iniciarse negociaciones internacionales sobre productos agrícolas y servicios, dos sectores sobre los cuales existe un mandato de la Rueda Uruguay, basado en el primer caso sobre el retraso existente en liberalizar el comercio respecto del resto de los bienes y en el segundo por su explosiva incorporación al comercio entre las naciones. Sin perjuicio de tal compromiso, la ronda comprenderá varias otras áreas, hecho positivo para crear una mas crítica que permitirá el toma y daca necesario para obtener frutos apreciables. En Seattle, Estados Unidos, se reunirán a fin de noviembre próximo las 135 naciones que componen la Organización Mundial del Comercio (OMC) con el objeto de definir la agenda de la nueva ronda, que sería bautizada como Rueda del Milenio.
Los representantes europeos no negarán en Río su disposición por negociar en agricultura. La cuestión es el cómo. Al respecto viene al caso conocer el pensamiento europeo, expresado en un documento elaborado en el seno de la Comisión de la UE y presentado en la reunión de la Cuadrilateral reunida en Tokio el mes último, donde el selecto grupo de países desarrollados trató la preparación de la agenda por proponer para la ronda.
El texto europeo titulado El Nuevo Ciclo de Negociaciones de la OMC define la posición europea en una docena de sectores. Respecto de la agricultura, no reniega de su disposición a continuar la orientación de la Rueda Uruguay, mencionando el acceso a los mercados, el apoyo interno y los subsidios a las exportaciones, entre otros aspectos. Pero introduce con gran énfasis las llamadas preocupaciones no comerciales ( non trade concerns ) tres venenosas palabrejas introducidas en el texto del artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura el cual obliga a revisar los resultados de la ronda pasada, llamando a continuar el proceso de liberalización comercial.
Veamos de que se trata. Las "preocupaciones no comerciales" incluyen el rol "multifuncional" de la agricultura que significa mantener el arraigo de los agricultores, sus tradiciones y la preservación el paisaje rural. Menciona la relación entre el comercio y el medio ambiente, tema propicio para disímiles interpretaciones que puede dar por ejemplo, para la aplicación de dumping ecológico. Como si ello fuera poco, el texto inserta las preocupaciones de los consumidores y el bienestar de los animales, así como la revisión de los importantes Acuerdos Sanitario y de Obstáculos Técnicos al Comercio. La Cuadrilateral dispuso lavarse las manos con un párrafo de tres renglones en un documento mas amplio y transfirió el tema para una reunión posterior.
Paseo carioca
La pregunta principal respecto de la reunión de Río es ¿qué puede negociarse entre el Mercosur y la UE en vísperas de una ronda multilateral? Se supone que una negociación de tipo regional como lo es Mercosur - UE debería mejorar las de la OMC para conformar un acuerdo OMC Plus. Pero parece ilusorio lograr algo así en medio de una negociación globalizada que, por lo demás, se propone finalizar en tres años para evitar la experiencia de rondas largas. Cualquier negociación regional sea con ALCA o Unión Europea deberían entonces, reservarse para después de la Rueda del Milenio sea para mejorar sus resultados o por si fracasara o de dilatara en el tiempo.
Mientras tanto, nuestro cometido debería concentrarse en una prolija preparación para la Rueda del Milenio, constituyendo equipos de trabajo idóneos para enfrentar sus desafíos en todos los sectores. También en el fortalecimiento del Mercosur para negociar en común lo cual tiene como requisito una credibilidad hoy muy desmejorada.
Por lo expuesto, la reunión de Río tiene la perspectiva de un paseo diplomático por la reciclada bahía carioca. Sin perjuicio de ello el mensaje de los presidentes del Mercosur deberá ser tan firme como lo anuncian.