Armas argentinas
Drones que miden distancias y frecuencia de movimientos y hacen dibujos tácticos. Chips en las camisetas que desnudan el comportamiento de cada jugador. Aplicaciones que juzgan en tiempo real la precisión, la potencia, la velocidad y los resultados de cada jugada. Cálculos estadísticos que anuncian a qué costado se tirará un arquero en un penal, hacia dónde tratará de salir jugando tal defensor o a qué ángulo pateará el delantero.
Los nuevos directores técnicos hace ya mucho tiempo aplican criterios científicos para dibujar sus esquemas de juego. Aquella manía de ver videos -todavía criticada por dinosaurios de la pelota- fue hace tiempo superada por sistemas de análisis que parten de lo que se puede ver en un partido para llegar a conclusiones mucho más complejas que el olfato del futbolero más sabio.
Aun en medio de privaciones, crisis y escándalos, todo ocurre en el fútbol argentino casi al mismo tiempo que en los mejores clubes y selecciones del mundo. Pero aquí también se usan armas más temibles. Llegado un momento límite como el partido con Ecuador, los muchachos de AFA olvidaron sus internas y desenfundaron al "Brujo" Manuel. El resultado está a la vista. Messi debería estar agradecido de haber sido salvado.