David Gross: "Hay que aprender de la historia que los nacionalismos son peligrosos"
LINDAU, Alemania
"Libertad asintótica" podría ser el nombre de un conjunto de poemas algo barrocos o de un coro clásico vienés. Pero es el nombre que David Gross eligió para cierta propiedad de las partículas elementales, y que le valió el premio Nobel de Física de 2004 (junto con Frank Wilczek y David Politzer). Gross, de una gestualidad similar a la del técnico uruguayo Oscar Tabárez, es un norteamericano de 78 años nacido en la ciudad de Washington, que accede a la charla con placer. Como teórico, no tiene miedo a las disputas con los físicos experimentales, tal como se vio en una de las sesiones -algo ríspida- de la 69° reunión de premios Nobel de Lindau, que se celebró en la primera semana de julio. Gross viajó varias veces a la Argentina; en la última estuvo en Tucumán y en Bariloche. "Tiene un gran paisaje y un gran instituto de física, el Balseiro. Fue una gran experiencia, que disfruté muchísimo. Hay muchos colegas argentinos muy buenos, y muchos que han dejado el país por una razón u otra a lo largo de los años", dice. Es la quinta vez que participa de este foro, en el que decenas de nobeles comparten experiencias y conocimientos con cientos de jóvenes científicos de todo el mundo.
¿Cómo ve a las nuevas generaciones? ¿Son diferentes de la suya?
Cada año son más jóvenes (ríe). Lo encantador de ser profesor es que se interactúa con los jóvenes, que son una fuente de energía y nuevas ideas y entusiasmo. Es una de las razones por las que vengo a este encuentro. Además, está claro que los logros más importantes se hacen durante la juventud, como me pasó a mí y a muchos otros. La ciencia descansa en la gente joven.
"Hoy la física está en un aceptable estado de confusión". ¿Sabe quién dijo esto?
Ni idea. ¿Yo dije eso? Bueno, no estoy seguro exactamente de a qué me estaba refiriendo, pero sí, hay áreas donde hay mucha confusión. De hecho, cuando la ciencia está cerca de un gran descubrimiento o de un gran progreso, aparecen períodos de confusión. Luego de encontrar una explicación y una verificación, se tiene una suerte de ciencia común (estándar) que se sigue perfeccionando. Pero cuando se hacen descubrimientos o se intentan resolver nuevos tipos de problemas, es muy común que abunde la confusión. En general, yo trato de estar en las áreas en las que hay mucha confusión, porque es ahí donde habrá cosas para descubrir.
¿Sospecha que estamos cerca de algún gran descubrimiento en la física, o de un cambio de paradigma?
Es lo que espero. Hay ciertas preguntas que hemos producido y puede sobrevenir un salto. En áreas como la cosmología el conocimiento que existe podría ser cuestionado. Además de la confusión, es muy importante que haya preguntas interesantes sin respuesta. Las buenas preguntas son lo más excitante de la física.
Dígame si me equivoco, pero la física no pudo explicar qué son exactamente el tiempo y el espacio. ¿Por qué?
Bueno, tenemos un modelo bastante bueno. El espacio y el tiempo son cosas realmente muy interesantes, como sabrá.
¿Cosas?
O un concepto, en todo caso? Se trata de un modelo, en verdad. Fíjese, cada uno de nosotros tiene un modelo muy interesante de lo que es el espacio y el tiempo. Lo hemos desarrollado solos cuando éramos niños, cuando tuvimos que darle sentido al mundo. Una buena forma de lidiar con la realidad es saber qué ocurre en el espacio, en tres dimensiones. Cuando sos chico, abrís los ojos y te llega la información del mundo. Para buscar un juguete que está en la otra habitación tenés que construir un modelo. Y ese modelo de espacio simplemente es una manera de entender el mundo que se desarrolla a través del tiempo. Ese modelo va variando a medida que crecemos y aprendemos más. Cambiamos y lo perfeccionamos. Ya a nivel de especie, fue cambiando, primero con Newton, después con Einstein y después con Einstein de nuevo, con su teoría de la relatividad general. De modo que hoy estamos todavía perfeccionando ese modelo. El tema es que, al revés de otros fenómenos, el espacio y el tiempo no son algo que se pueda sentir, sino que son el modo en que describimos el mundo. Por eso se tratan de un modelo, una teoría. Tu madre no te dijo "ey, vivís en el espacio", sino que desarrollás el sentido de su existencia, porque de otro modo no se puede lidiar con los signos que te llegan, no te podrías mover. Pero no es sorprendente que ese modelo infantil tenga que cambiar a medida que sabemos más de física.
¿Pero ese modelo no se vuelve cada vez más abstracto?
¿Qué significa abstracto? Lo que sucede es que nos hemos movido desde la infancia. Nos hemos alejado de las nociones directas que aplicábamos cuando éramos niños. La estructura del espacio y el tiempo de Einstein no es algo que podamos experimentar directamente. Está fuera de la órbita de nuestra experiencia directa, pero eso no quiere decir que sea abstracto. Para construir este marco más elaborado necesitamos la lengua de la ciencia, que es la matemática. En definitiva, cuando decimos abstracto decimos matemática, que es un idioma que necesitamos conocer. Pero es sólo un idioma. Los perros tienen una buena noción del espacio, se mueven bien, pero no lo pueden describir porque no conocen ese idioma. Nosotros, para hablar del sistema einsteineano necesitamos sin dudas el lenguaje matemático. Y para entender la estructura cuántica del espacio y el tiempo se necesitan todavía formas más elevadas de matemática.
¿Pero no se trata además de algo contraintuitivo, lo cual es también problemático?
Es que la intuición está basada en la experiencia. Los modelos y teorías que describen objetos tan grandes y tan lentos como nosotros en la vida cotidiana, esas descripciones y teorías, son aproximaciones a algo que es muy diferente. Nuestra intuición está basada en lo cotidiano y eso es muy diferente a hablar del comportamiento de los quarks o las ondas gravitacionales.
¿Pero cómo cree que afecta la relación de la ciencia, así tan elevada, con las personas, digamos, comunes, no expertas en matemáticas?
Hay muchas cosas de todos los días basadas en conocimientos profundos. El GPS requiere un conocimiento del espacio y el tiempo. Está basado en él. Sin tener en cuenta los efectos de la relatividad general de Einstein, y el tiempo y el espacio y la gravedad, el GPS se equivocaría por cientos de metros. La gente común quizá no advierta la relación y lo increíble que hay entre eso tan cotidiano y la física. La dan por sentado. La usan, pero no necesitan saber nada acerca de cómo funciona. Se puede no saber, pero si de pronto todo ese conocimiento se evaporara, habría que empezar todo de nuevo.
A tal punto que la tecnología no se puede diferenciar de la magia.
(Interrumpe) ¡A menos que sepas! La magia es un poco frustrante para un científico. ¿Cómo funciona? Los magos no te lo dicen, es un secreto. Pero son trucos. Los científicos que descubren cuál es la magia detrás de la naturaleza, en cambio, lo publican y se lo dicen a todos.
Pero hace falta estudiar mucho para comprenderlos.
Sí, siempre es así. Pero a medida que sabés más es más fácil comprender.
¿Cómo se siente al hablar en tanto Nobel de temas que no son su campo de acción natural, digamos, por ejemplo, el cambio climático?
No estoy en condiciones de hablar de todo. Pero el cambio climático es algo evidente. Sucede. No solo por lo que vemos y sentimos, sino por lo que muestran los científicos del clima. Realmente estoy muy orgulloso de la ciencia. No de la ciencia que hago yo en particular, sino de la química, la meteorología, la climatología, que convenció a mucha gente y al 99% de los otros científicos de que no hay dudas de que el calentamiento global existe, es medible y es consecuencia de la actividad humana, que causa daño, y que debemos tomarlo como un desafío. Claro que hay situaciones políticas y económicas que estas modificaciones necesarias generan y rivales poderosos y egoístas, muy egoístas, que se oponen. Pero estoy impresionado respecto de cómo la ciencia ha logrado este conocimiento y ha convencido a casi todo el mundo de que es un problema real e incluso de cuál sería la solución. Si hubiera pasado algo así antes de la era moderna, el fenómeno se hubiera atribuido a la ira de los dioses y se hubieran hecho sacrificios humanos para modificarlo. La ciencia es una mejor respuesta.
En ese sentido, ¿cómo ve movimientos antirracionales, como los antivacunas, o justamente los que se oponen al cambio climático?
Del mismo modo en que veo a la astrología. Cuatrocientos años después de Newton se sigue creyendo en astrología. ¿Por qué? Es una buena pregunta. Yo no lo puedo entender. Creo que es una falla del sistema de educación. Por otro lado, el movimiento antivacuna es algo loco. En Estados Unidos, al menos, los que no vacunan a sus hijos han causado muchas muertes, pero son bien educados. Entonces no entiendo, es un sinsentido. El tema de la vacunación y el autismo fue un fraude desde el comienzo. Qué sé yo, la astrología está desde siempre. Esto en cambio es algo nuevo. Hay aquí también egoísmo, la idea de que en cierto punto "mi hijo va a estar bien", y el resto no importa. Creen en teorías conspirativas, cadenas de Internet, fake news, en todo lo antisistema. Pero, insisto, debe haber una falla de los profesores, del sistema de educación, porque se trata de gente bien educada.
¿Cómo lidiar con esto?
Se tienen que vacunar obligatoriamente. Cuando aparece una epidemia, y el sarampión es la enfermedad más contagiosa, y hay una vacuna, no hay opción: hay que vacunarse, entrar en la casa y vacunarlos. La salud pública sabe cómo lidiar con esto y está reaccionando. Ahora en California ya no se pude mandar chicos a la escuela sin vacunar, y en Nueva York lo mismo.
Alguien podría decir que esa no es una posición democrática.
¡Es salud pública! Hay límites para la democracia; hay libertad de decir lo que se piensa pero si se entra al auditorio y se grita "Fueeego", se puede ir a la cárcel por eso. Porque puede causar daños a otras personas. No vacunar a tu hijo puede ser mortal para él, pero también para otros niños. Hay límites a la libertad cuando se daña a otros.
¿Tiene un rol del periodismo científico para esta "educación"?
Lo tiene en educar a la gente, combatir los hechos alternativos y las fake news. Especialmente en los Estados Unidos, el periodismo impreso está en riesgo de muerte. Quizá en la Argentina haya una prensa fuerte, pero sospecho que va en el mismo sentido. En Estados Unidos es muy triste porque muchos periodistas científicos muy buenos que trabajaban en diarios se cayeron del sistema. Lo primero que muere es la cobertura científica, porque hay editores que creen que es algo que no le interesa a la gente. Yo creo que no es cierto. Los editores prácticamente no saben nada de ciencia; quedan tan solo unos pocos diarios en los Estados Unidos que dan buena cobertura de ciencia, como The New York Times. Por otro lado, la revista Quanta, en cuyo comité editorial estoy, es un ejemplo maravilloso. Está financiada por fundaciones a las que no les importa recuperar la inversión sino que los periodistas tengan apoyo y libertad, por eso hacen un buen trabajo. Pero, de nuevo, la muerte de la prensa escrita es malo, no sé adónde llegaremos. El periodista parece ser una especie en extinción. Veremos cómo termina esto.
¿Cómo suma el nacionalismo a este cóctel? Ayer aquí se habló del Brexit y cómo eso puede impactar en la investigación científica multinacional.
Me aterra, es horrible. No parece que mucha gente haya aprendido las lecciones del pasado. Se ignora olímpicamente la historia. No sólo hay que enseñar ciencia sino también historia. La historia reciente, los últimos 75 años. La Argentina, bueno, ustedes tuvieron un montón de cosas. Pero en general estos últimos 75 años fueron muy prósperos económicamente, pacíficos, con muchos adelantos, no hubo guerras mundiales, no usamos aún armas nucleares. Pero la gente olvida. Y llega el nacionalismo, que asusta. Lo que tenemos que aprender de la historia es que los nacionalismos pueden ser peligrosos. No tenemos que volver atrás.
Quizá es diferente experimentar la guerra a que te la cuenten.
Yo no experimenté la guerra directamente, pero sí recuerdo a las personas nerviosas por la amenaza del posible uso de las armas nucleares. Así fue durante toda la Guerra Fría. No la experimentamos, pero tratamos de detener sus consecuencias.
Biografía
David Jonathan Gross nació el 14 de febrero de 1941 en la ciudad de Washington. Es doctor en Física por la universidad de Berkeley. Obtuvo el Premio Nobel en 2004 por sus investigaciones en física cuántica. Ese año le dieron la Gran Medalla de la Academia de Ciencias de Francia.LA