Carlos Rívolo. "Las detenciones de De Vido y Boudou se justifican"
En transición. El fiscal dice que en Comodoro Py se deben un mea culpa por no haber hecho más durante el gobierno anterior, pero señala que jueces y fiscales resistieron el embate del kirchnerismo
Fiscal de la causa Los Sauces, en la que investiga a Cristina Kirchner y su familia por supuesto lavado de dinero a través del alquiler de propiedades, Carlos Rívolo dijo hace poco más de un año que la ex presidenta y sus ministros podrían ir presos. Hoy Julio De Vido y Amado Boudou están detenidos con prisión preventiva. Esas detenciones recientes conmocionaron a la sociedad y pusieron a la Justicia en el centro de la polémica. ¿Los jueces sobreactúan para borrar una inacción de años? ¿Responden acaso a los deseos del actual gobierno? ¿O existen razones y pruebas nuevas que justifican este despliegue de actividad judicial?
Rívolo, primer fiscal del caso Ciccone y presidente de la Asociación de Fiscales, respetado hombre de la Justicia, reconoce que Comodoro Py no es inmune al clima político y social, pero afirma que las detenciones en cuestión son correctas. "La regla es la libertad, que sólo cede por dos razones: el entorpecimiento de la investigación o el peligro de fuga -dice-. En el caso de De Vido, a quien hubo que desaforar, los jueces de cámara Irurzun y Bruglia crean una condición nueva vinculada al poder remanente de De Vido, que podría poner en peligro la causa. Su detención provocó una conmoción, pero está justificada por esa regla. Con Boudou se da otro paso. Lijo sostuvo que tenía un manejo del dinero y las cuentas relativas a la causa que él, como juez, no podía controlar. Entonces, la detención de Boudou también está justificada. Y la regla sigue siendo la de la libertad."
¿Por qué los jueces avanzan recién ahora, cuando muchos de estos hechos llevan años?
-Estos jueces decidieron según derecho, pero es cierto que hay una actitud más decidida hacia los casos de corrupción. Esto en parte refleja lo que le pasa a la sociedad.
-¿Los jueces escucharon el reclamo social de terminar con la impunidad?
-Te puedo decir cuándo nace ese reclamo: el 18 de febrero de 2015, cuando marchamos por la muerte de Nisman. Ese día el grito de la gente era que hiciéramos justicia. Que trabajáramos, que nos iban a apoyar. Los jueces entendimos este mensaje ahí, durante esas cuatro horas de marcha. También es cierto que en la Argentina los cambios de gobierno te marcan.
-Hay quienes acusan al Gobierno de fogonear las causas de corrupción de la gestión anterior. ¿Esto es así?
-Hay agencias del Gobierno que están cumpliendo con su rol: la Unidad de Información Financiera, la Oficina Anticorrupción, la Sigen. Aunque deberían tener más independencia institucional, son organismos de control que hoy funcionan. Yo no soy oficialista ni opositor. Mi tarea como fiscal es tamizar la información y la documentación que provenga de estos organismos. Cuando tengo con qué avanzar, avanzo. Entonces, el Gobierno da impulso a causas a través de estas agencias, no por debajo de la mesa. Hoy todo llega más rápido a Comodoro Py, pero no me parece que existan presiones.
-¿Y cómo se comporta el Gobierno cuando los investigados son sus funcionarios?
-Hay cuatro o cinco funcionarios de la administración actual que tienen causas y las investigaciones están caminando. Habrá que ver qué pasa con ellas y con las que pudieran llegar con el correr del tiempo.
-Se le critica a la Justicia federal su buen oído para los deseos del poder de turno.
-El poder siempre busca cooptar a la Justicia. La devolución al poder político por parte de muchos jueces y fiscales perduró mucho tiempo, y eso debe cambiar. Pero tampoco hay que olvidar que durante el kirchnerismo la mayoría de los jueces se abocaron a frenar las famosas leyes de "democratización de la Justicia", que eran leyes de cooptación. Venían por el sistema, y hubo un Poder Judicial que buscó frenar esos embates. A la vez, por entonces se abrieron investigaciones, como la de Felisa Miceli, Ricardo Jaime o el propio Boudou. De todos modos, jueces y fiscales debemos hacer un mea culpa. Debimos haber hecho mucho más.
-¿Cómo despolitizar la Justicia federal?
-Éste es un país presidencialista. Los argentinos necesitamos presidentes que hagan de su apellido un "ismo". Ahora el macrismo se vincula con mayor justicia, mayor libertad para investigar, pero hay que ir más allá. Lo importante es el respeto a las instituciones. Lo que escribió el juez Moro en el fallo contra Lula. "Usted tendrá mucho poder", le dijo, "pero no más poder que la ley". En lo inmediato, hay que despolitizar el Ministerio Público Fiscal y el Consejo de la Magistratura. En la elección de los jueces deben intervenir más académicos y menos políticos.
-En el caso Petrobras, Moro condenó en primera instancia a Lula a nueve años de prisión. ¿Resistiría la Justicia federal argentina, eventualmente, una decisión semejante o análoga aquí?
-La pregunta es si lo resistiría la sociedad. No hay duda de que el sistema judicial debe mejorar, pero la sociedad, o parte de ella, debería replantearse también a quién elige para gobernar. Recordemos que, aún con dos condenas por tráfico de armas, Carlos Menem consiguió los votos para llegar al Senado. ¿Por qué el sistema político no le suelta la mano? Somos una sociedad extraña.
-¿Qué clima se vive hoy en Comodoro Py?
-Yo creo que los jueces están tratando de avanzar en las causas de corrupción para llegar cuanto antes a juicio oral. Ahora, del otro lado vemos siempre el mismo discurso, sea Menem, De la Rúa o Cristina Kirchner: todos dicen que sufren una persecución política. Pero cuando hay persecución se nota y el juez vuela por el aire, como les pasó a Bernasconi o a Faggionato Márquez.
-¿Está la Justicia ante la oportunidad de un cambio?
-Estoy convencido de que estamos en el comienzo de una nueva etapa. Las causas se van a desarrollar más rápido, y más aún si pasamos al sistema acusatorio. La causa Ciccone resistió todos los embates y la investigación neurálgica se hizo en 50 días. La causa Nisman arrancó de verdad hace cuatro o cinco meses, y acá están los resultados. El cambio cultural va a llevar más tiempo.