Cartas de lectores: Una sociedad quebrada, gatopardismo, cuidar el medio ambiente
Carta de la semana
Una sociedad quebrada
Duele mucho aceptarlo, pero debemos aceptarlo. Nuestra sociedad, nuestros valores, aquello que nos hizo sentir orgullosos hoy está totalmente quebrado. El caso de Lucio no hizo más que reflejarlo. Todos los estamentos fallaron. Un hogar de tormentos, disfuncional, violento; un colegio que no miró; hospitales que no alertaron; policía que no actuó, Justicia que no aplicó justicia cuando puedo hacerlo. Perdimos el orgullo de la clase media, de la familia, de los valores, de la educación, de la seguridad, del sentido responsable del trabajo. Hoy subsistimos con los flecos del pasado, que cada día se diluyen más y más. Quienes nos gobiernan (todos) miran para otro lado: juegan su partido embebidos en poder, piensan en sus aspiraciones y se dicen y desdicen conforme sople el viento, ya que no les importa “hacer”, sino “permanecer”. En el medio, millones de argentinos subsistimos y nos vamos consumiendo en el recuerdo de ya no ser.
Dios guarde a Lucio y logre hacerlo feliz donde quiera que esté.
Diego G. Sillitti
DNI 25.257.539
Gatopardismo
Ahora quieren hacer creer que con la ley Lucio para dar capacitaciones van a cambiar las cosas. ¿Capacitar? ¿A quién? ¿A los médicos que atendían a Lucio cada vez que sus asesinas lo llevaban después de cada paliza que lo lesionaba? Si cualquier médico tiene a su disposición la historia clínica completa de todos los que concurren para ser atendidos en cualquier hospital o centro de atención, como en La Pampa. ¿A los jueces para que antes de entregar la tenencia de un menor, y como forma de protegerlo, hagan los controles ambientales, socioeconómicos, etcétera, de quienes lo recibirán? Entonces, ¿precisa capacitación un médico, un juez, la policía, etcétera? Todo esto es el más puro gatopardismo: “cambiemos algunas cosas para que todo siga igual”.
Rubén Maurizio
DNI 6.020.270
Cuidar el medio ambiente
Constantemente escuchamos y leemos la importancia que debemos prestarle al cuidado del medio ambiente. Tenemos dos claros ejemplos que se deberían atacar en nuestro país y así colaborar con la solución de este problema. El primero es el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo, verdadera cloaca al aire libre. Desde hace décadas que se planteó como uno de los problemas que se consideraban prioritarios para lograr una solución eficiente. Hasta se creó el organismo público –Acumar, Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo– que iba a articular el saneamiento de dicha cuenca.
Se habían adelantado fechas en que el sería apto para pescar, navegar, como esparcimiento, con peces y patos. Se retiraron algunos restos de barcazas hundidas y poco más. Todavía sigue siendo depositario de efluentes industriales y residuos de los habitantes de las viviendas precarias alojadas en ambas márgenes. El otro caso es el río Reconquista. Cuando pasamos por la ruta Panamericana, a la altura del kilómetro 24, ya sabemos por dónde estamos por el olor nauseabundo que emana desde el río. Flota todo tipo de desperdicios; el color del agua es oscuro, sucio. El tratamiento requiere una acción integral, incluyendo la urbanización de sus márgenes. Las soluciones parciales no sirven. Los problemas de fondo requieren soluciones de fondo.
Como contraste en Boston, EE.UU., pasa el río Charles, que era uno de los más contaminados de ese país. Hoy gracias a que se han realizado seriamente los trabajos para sanearlo es un río limpio, navegan veleros y lanchas de turismo, nadan patos, se organizan regatas de botes a remo y ambas márgenes están perfectamente urbanizadas. Es un verdadero placer recorrerlo. Por supuesto hay otros casos en el mundo, pero vale la pena tomarlo a este como ejemplo a seguir y no hacer promesas en vano. Sería una muestra concreta de que nos interesa el cuidado del medio ambiente.
Eduardo Firvida
DNI 4.305.435
“José”
La historia con nuestros hijos mellizos Tami y Benja es muy parecida a la de “José”, difundida en la nacion días atrás. Con mi esposa nos anotamos para ser familia de acogimiento, porque muchos niños terminan en instituciones por la falta de una familia en tránsito que los reciba. Esperábamos una estancia transitoria y sanadora, pero se extendió cuatro años, igual que en el caso de “José”. Obviamente, se fueron construyendo lazos afectivos fuertes y empezaron a sentir a nuestra familia como propia, y nosotros a ellos, como dos hijos más. Ya nos llamaban “mamá” y “papá”, y forjaron un vínculo con sus 4 hermanos y con sus abuelos, tíos, primos y amigos. Los niños que pierden a sus papás de sangre sufren un terrible abandono, y cuando después sienten a una familia como propia hay una esperanza y una nueva oportunidad. ¿Por qué someter a “José” a otro abandono al alejarlo de la familia de la que, después de tanto tiempo, ya se siente parte?
Es tiempo de que, como sociedad, nos pongamos a trabajar en una nueva legislación que proteja y haga más sano este proceso vital para muchos niños que están esperando su familia definitiva. En nuestro caso, la jueza Zulma Palmero, en el marco de la ley que cuida los derechos del niño, luego de ese largo acogimiento nos ofreció la adopción de Tami y Benja. Fue una decisión valiente y excepcional, sanadora y justa para ellos. Los jueces deberían priorizar la salud emocional de los niños que atraviesan estas circunstancias. No debería ser esta una medida excepcional.
Federico Diehl
DNI 20.381.354
Incendios
Viendo los reiterados desastres (incendios, inundaciones y sequías) que castigan la región... ¿no seria más razonable que los presidentes sudamericanos organicen fuerzas multinacionales de rápida acción? Para aprovechar la fuerza de la unión en lugar que gastar tiempo y recursos en reuniones muy poco productivas, donde abundan las sonrisas mientras hay gente desesperada a pocos kilómetros.
Antonio Mario Guarino
aguarino@fibertel.com.ar
3 de febrero
El 3 de febrero debió ser una fecha de merecido reconocimiento patrio, al igual que se festejan el 25 de Mayo, el 9 de Julio o cualquier otra, en memoria de los héroes de nuestra historia. La razón es, simplemente, porque en esa fecha se conmemoran dos episodios de singular trascendencia posterior.
El primero ocurrió el 3 de febrero de 1813, el combate de San Lorenzo. El por entonces coronel San Martín y el gobierno de Buenos Aires habían tomado conocimiento de que una flotilla española partía desde el puerto de Montevideo, sede donde se había trasladado el Virreinato del Río de la Plata, con destino a los puertos enclavados en la margen derecha del río Paraná, a los efectos de abastecerse. Para combatir esa avanzada, se le encarga a San Martín la misión de controlar la marcha de esa flota y combatirla llegado el caso. Parte el coronel con un centenar de los Granaderos a Caballo, regimiento que había fundado en 1812, costeando, de noche, las márgenes del río para no ser visto. El encuentro se produce frente al convento de San Carlos –en la localidad santafesina de San Lorenzo–, en el cual, los padres franciscanos habían facilitado a San Martín el ocultamiento de su tropa. Según el parte de guerra redactado por el Gran Coronel, el desembarco español se produjo a las “5.30 de la mañana” y en ese momento “el clarín estridente sonó y la voz del Gran Jefe a la carga ordenó”. Algunos historiadores señalan que, en la arenga previa al combate, ordenó a los granaderos, que avanzaran “sable en mano”, “abrirles la cabeza como a un zapallo a esos godos maturrangos”. Cabe señalar, no obstante, que aquella batalla fue la única que el Libertador libró en suelo patrio con su regimiento, que después amplió para las campañas libertadoras de Chile y Perú.
Señaló San Martín en el parte de guerra dirigido al gobierno de Buenos Aires que la lucha había hecho de los granaderos “… acreedores de los respetos de la patria”. Todavía los debemos. El segundo 3 de febrero memorable es el de 1852, cuando se libró la batalla de Caseros, tal vez, la más importante de la historia argentina, por cuanto a partir de entonces dio comienzo a la verdadera organización nacional. Cayó la tiranía de Juan Manuel de Rosas y triunfó el Ejercito Grande, imaginado y compuesto por Justo José de Urquiza, de cuyo enfrentamiento derivan el Pacto de San Nicolás de los Arroyos primero y la original versión de la Constitución nacional, jurada en 1853. Urquiza fue el combatiente, pacificador y conductor y Juan Bautista Alberdi, el escribidor. Las citas y los nombres anotados van con sentido de síntesis y sin desmedro de otros hombres tan valerosos y meritorios. Valgan, extraídos de una larga nómina, Belgrano, Güemes, Pueyrredón, Mitre, Sarmiento, Echeverría, Gutiérrez, Avellaneda y muchos más. Sin embargo, la significación de esos hechos producidos un 3 de febrero marcaron nada menos que el inicio de la independencia argentina, en primer lugar, y el contrato de convivencia todavía vigente y que debe ser respetado: la Constitución nacional.
Pensemos en esta fecha, con sentido patrio.
Guillermo Moreno Hueyo
DNI 4.368.307
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