¡Despierta, Argentina!, sectarismo universitario, firmeza

Carta de la semana
¡Despierta, Argentina!
El sistema republicano es una mesa que se sustenta en cuatro patas: 1) La propiedad privada; 2) la libertad irrestricta de opinión; 3) un sistema judicial honesto e independiente que imparta justicia, y 4) un sistema educativo libre que respalde a las otras tres. Cuando veas que una de las patas tambalea, preocupate y tratá de enderezarla. Si el derecho de propiedad “es relativo”, si la libertad de opinión “merece restricciones”, si la Justicia “pivotea” sobre el poder político, si la educación se degrada porque los maestros son “trabajadores de la educación”, entonces estamos en problemas. La República está en serio peligro y no parecemos tomar conciencia. ¡Despierta, Argentina!
Ernesto Leive
DNI 8.250.073
Sectarismo universitario
Recientemente fue exhibido en televisión un video de una profesora de la Universidad Nacional de Tucumán en el que critica, peyorativamente y con persistencia, durante una clase, a una conductora de televisión. Parece increíble que a esta altura los profesores, y los alumnos, no comprendan aún el significado del término universidad, que no es otro que el de una institución dedicada a enseñar, sin adoctrinar, ideas y pensamientos universales, para que los educandos puedan sacar sus propias conclusiones. Cuando las universidades se dejan penetrar por el sectarismo no solo pierden su prestigio, sino, lo es más grave aún, su razón de ser.
Gustavo Beri
DNI 6.646.488
Firmeza
Ante todo quiero informarle que soy un acérrimo opositor al Gobierno. Dicho esto, y aceptando las reglas de la democracia y su continuidad en paz, ejerciendo mi derecho constitucional a peticionar, le pido al Presidente que tome bien firme el bastón de mando, limpie su entorno de quienes no están en el mismo barco y tome las medidas necesarias para encausar el Gobierno, aunque luego cueste “sangre, sudor y lágrimas”, como dijo el gran estadista que llevó a Europa a la victoria sobre el horror nazi. No veo otra solución y estoy seguro de que muchos opositores lo acompañaremos el resto de su mandato, aceptando las medidas necesarias para el bien del país.
Carlos J. Belaustegui
DNI 4.309.661
Culpas
En el excelente editorial del 12 del actual, sobre los límites que pone la Justicia, se afirma que “una opinión pública comprometida es la base de cualquier sociedad que pretenda vivir en libertad y en un Estado de Derecho”. Esa afirmación es totalmente acertada, pero cabe dudar de su efectividad en la Argentina actual, si tenemos en cuenta los siguientes hechos y circunstancias: un fiscal aparece muerto un día antes de ir al Congreso a acusar a la presidenta de graves delitos, y no pasa nada. Un intendente del Gran Buenos Aires reconoce en una filmación encubrir al narcotráfico, y no pasa nada. Un exsecretario privado de la expresidenta, que en 2018 declaró en su contra en una causa por corrupción, es asesinado luego de haber sido torturado, y no pasa nada. Una ministra de Justicia, muy amiga del Presidente, renuncia, e inmediatamente se la nombra embajadora ante la Unesco, nada menos que en Francia, a pesar de no tener antecedentes ni experiencia ni estudios en relaciones internacionales, y no pasa nada. La directora del Inadi tiene a su empleada doméstica en condición ilegal y para evitar ser denunciada le ofrece cobrar un plan social, y no pasa nada. Una diputada falta a una votación porque se fue a Disneylandia y su ausencia provoca que su bancada pierda la votación, y no pasa nada. Un embajador se entromete de manera insolente e impropia en cuestiones internas del país donde está destinado, y no pasa nada. La vicepresidenta, sus hijos y otros imputados son sobreseídos en un juicio, violando groseramente todas las reglas procesales, y no pasa nada. Un juez en funciones impulsa una marcha contra los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, es decir, sus superiores jerárquicos, a los que califica de “delincuentes” y “mafiosos”, y no pasa nada. Podrían agregarse los episodios de bolsos y bolsas, vacunados sin derecho, fiestas clandestinas, etc., con el mismo resultado.
En un país serio, estas situaciones hubieran producido una reacción política o jurídica acorde con la gravedad del hecho en cuestión, pero también una reacción colectiva que llevara como mínimo a la inmediata destitución de los responsables y, eventualmente, su enjuiciamiento. Aquí, por supuesto, no pasa nada.
Ante esta falta de reacción de la sociedad frente a hechos de suma gravedad, sea por escepticismo, hastío o frustración, cabe preguntarse: ¿la culpa es del chancho o del que le da de comer?
Enrique Pablo Mayochi
DNI 13.530.887
Hartazgo
Me desempeño como guía turística en la ciudad de Buenos Aires especializándome en recorridos arquitectónicos. Lamentablemente mis turistas que querían visitar el miércoles pasado el Cementerio de la Recoleta no pudieron hacerlo, ya que los piquetes que avasallaron la ciudad no les permitieron llegar desde San Telmo, donde estaban alojados. El turista proveniente de Corea, que no sabía cómo hacer para llegar a su cita, no pudo entender cómo una manifestación (explicación que le ofrecí sobre la palabra piquete) no le permitía circular libremente por la ciudad. Lamentablemente ese turista y su familia ya no podrán conocer el tercer cementerio más reconocido en el mundo porque era su último día en Buenos Aires. Volverán a la lejana Corea sin haber podido cumplir su deseo. Le pregunto al señor Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de esta ciudad, hasta cuándo va a permitir que nos avasallen. ¿Es esta la manera de impulsar el turismo en nuestra ciudad? ¿Dejando a visitantes y residentes indefensos, porque otros vienen a crear un caos que afecta a todos aquellos que pagamos nuestros impuestos? Me pregunto y le pregunto a la vez: ¿no será hora de poner límites y defender a los porteños?
Señor jefe de gobierno, ¡realmente ya estamos hartos!
Cynthia Acher Masri
DNI 16.977.474
Liberalismo
Tanto en la política como en el sindicalismo y en los mandamases de los movimientos sociales, se escucha hablar del neoliberalismo, del Estado presente, de la mano negra del mercado y muchas otras palabras o frases sin sentido, que son solo bluffs. Hay que hablar claro: el liberalismo representa un Estado presente y eficiente en las funciones que debe realizar (salud, educación, seguridad, justicia, etc.) regulando un marco general para la convivencia ciudadana y para la protección de los más necesitados, generando políticas para poder incluirlos socialmente junto al resto de la comunidad. Dentro del marco que nos brinda la Constitución nacional, todo el resto lo debe realizar el mercado. Un Estado inconmensurable como el argentino está destinado a una mayor corrupción y burocracia, generando leyes –como la de alquileres que se debate actualmente– que no deberían existir.
Terminemos con los eufemismos, mentiras e hipocresías de los que más se golpean el pecho hablando sandeces cuando son los que más disfrutan de la vida capitalista liberal.
Pablo R. Puente
DNI 16.131.269
Todo es Historia
En la meritoria columna “La civilización argentina clama por un rescate de la decadencia”, de Ricardo Esteves (11 de abril), el autor cita revistas exitosas y sus autores del siglo anterior, lista a la que el lector Juan Javier Negri con acierto incorporó a la revista Sur, fundada y dirigida por Victoria Ocampo entre 1931 y 1979. Por mi parte considero que no se puede omitir Todo es Historia, de Félix Luna, con la colaboración de María Sáenz Quesada, que es una fuente de antecedentes de no pocos textos de esa disciplina.
Rodolfo Puente
DNI 4.036.458
Estacionar en barrio River
Suele verse a personal de las grúas de tránsito levantar autos mal estacionados en la zona céntrica de la ciudad, aun en horarios y lugares que no parecerían perjudicar la vía pública, pero se cumple con el reglamento y eso está muy bien. Sin embargo, en ocasión del último partido de River en la Copa Libertadores, y como cada vez que hay un evento en el estadio Monumental (vivo en el barrio de Núñez), se observan en todas las inmediaciones autos estacionados sobre la vereda, sobre las ciclovías, interponiéndose sobre salidas de garajes, sobre sendas peatonales y sobre todo (por lejos lo más indignante) sobre las ochavas, obstruyendo a veces en forma total las rampas para discapacitados. Nunca se ve a estas grúas levantando ningún vehículo (que en este caso sí afecta notablemente a los vecinos), ni siquiera a un solo agente de la policía de tránsito metropolitana haciendo ninguna multa. Me encantaría saber si alguna autoridad del gobierno de la ciudad de Buenos Aires podría explicar esto.
Sergio Etchepare
DNI 14.568.993
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