En la primera línea de batalla, la paz interior, luz de esperanza
Carta de la semana
En la primera línea de batalla
Recibí recientemente un texto redactado por un colega amigo, médico terapista en una institución asistencial en Quilmes, el doctor Guillermo Moschino. Se trata de un relato conmovedor de un hecho real que le tocó vivir en el pico de la segunda ola de la pandemia y que refleja en toda su dimensión esa heroica batalla asistencial y emocional que se libró en las terapias intensivas. El texto es el siguiente:
“Era joven y estaba embarazada. Yo era su médico en el piso de clínica médica. La vi llegar en camilla, me reconoció enseguida, aun bajo mi equipo de protección personal, también lo hice yo al ver su rostro. Yo estaba a la cabecera de la cama 18 de terapia con un tubo endotraqueal en una mano y el laringoscopio en la otra. A ella parecía no importarle otra cosa más que el contacto visual conmigo. Yo le había contado que los fines de semana trabajaba en la terapia. Ella sabía a qué venía y yo era quién realizaría el procedimiento. La pasaron de la camilla a la cama y, mientras le explicaban qué le íbamos a hacer, ella solo me miraba, me pedía con su mirada que la sacara de esa agonía, de esa sed de aire que la torturaba. Sin palabras, solo con la mirada, le dije que todo iba a estar bien. La sedamos. Con mano firme y sin perder tiempo puse un tubo en su tráquea y la conecté al respirador, verifiqué que todo anduviera bien y salí. Después, mientras me sacaba el equipo de protección, recordé su mirada que me pedía que la salvara y estallé en un llanto desconsolado que me ahogó en lágrimas porque sabía que no podía hacer nada más que eso, llorar. Me tapé la cara con las manos y me dejé caer al piso y allí seguí llorando y llorando.
Pasaron varios meses de su muerte, pero aún al recordar su mirada mis ojos se vuelven a humedecer”.
Roberto Borrone
Profesor de la Facultad de Medicina (UBA)
rborrone@intramed.net
La paz interior
Me llaman la atención las respuestas a la gobernadora de Río Negro, tanto por parte del presidente de la Nación como de su ministro de Seguridad, ambos abogados, donde le niegan apoyo para combatir el movimiento subversivo que afecta a esa provincia y, por ende, a la Nación toda. Creo que olvidan el Preámbulo de la Constitución, que en lo pertinente dice: “... con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad”.
Creo que si lo hubieran leído, su respuesta habría sido muy distinta.
Gustavo Pittaluga
guspittaluga@gmail.com
Luz de esperanza
Una luz de esperanza es lo que genera la posición valiente de Federico Massoni, ministro de Seguridad de Chubut. No queremos una secesión de nuestro territorio por pseudomapuches delincuentes que ponen en riesgo la vida y viviendas de los ciudadanos patagónicos. Basta de un Estado que defienda a delincuentes. Inconcebible. ¡Bravo, Federico!
Juan Carlos Parodi
DNI 4.396.466
Junto a ti, María
Los firmantes de esta carta somos creyentes, cristianos y católicos. Orgullosos de decirlo públicamente. Dios nos guía, nos alimenta, nos sana y nos salva. Creemos que María, madre de Jesús, es la madre del Dios que profesamos y a quien rendimos culto. Ese mismo Dios, fuente de toda razón y justicia a quien invocamos y pedimos protección en el Preámbulo de la Constitución de la Nación Argentina. Y como católicos, queremos manifestar que la misma Constitución, en su artículo 2º. dice que el gobierno federal sostiene el culto católico, apostólico, romano. Y lo dice no solo por el antiguo sostenimiento económico, que ya no existe, sino por lo profundo del significado de “sostener” según la Real Academia de nuestra lengua castellana. Es decir: “sustentar, mantener firme algo” o, alternativamente, “sustentar o defender una proposición”. Y lo que los padres de la patria y nuestros primeros constituyentes quisieron sostener, mantener y defender fue nuestra raíz católica fundante, mal que les pese a quienes se juntan para escribir una diatriba contra el comunicado de la Conferencia Episcopal Argentina en defensa de la devoción y el respeto a la Virgen María. Devoción que también es fundante de nuestra historia patria. El manto de María está en los colores de nuestra bandera, creada por el general Belgrano; su nombre está impreso en el nombre de la ciudad de “Santa María de los Buenos Aires”, donde se han perpetrado las afrentas; y el amor del pueblo argentino hacia María está grabado en los corazones de millones de peregrinos que año tras año van a los santuarios de Luján, Itatí, Salta, San Nicolás y Catamarca (por nombrar algunos). Por eso, sin entrar en consideraciones legales ligadas a los derechos de libertad religiosa consagrados en el articulado de nuestra Constitución nacional, ni en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, ni el Código Civil de la Nación, ni en la Convención Americana de Derechos Humanos, queremos no solo repudiar la muestra realizada en el Centro Cultural Recoleta y la obra interpretada en el Teatro Colón con afrentas a la Virgen María y a quienes las han permitido, sino solicitar a la Conferencia Episcopal Argentina que siga levantando la voz contra estos sucesos; para que sigan condenando la “blasfemia” como arte, más allá de que un grupo de personas lo consideren un acto de censura; para que sigan reclamándole al Estado que no utilice los recursos de todos los ciudadanos para incumplir el mandato constitucional a fin de satisfacer los caprichos maliciosos de quienes se expresan en forma injuriosa contra Dios o contra la Virgen.
Jesús María Silveyra (DNI 11.045.065), Julieta Pérez Colman, Magdalena Silveyra, María Begron, y siguen más de 200 firmas
Lo correcto
Las críticas a Manes son un paso en falso de la “oposición”. ¿Ahora resulta que no es bien visto lo que está bien, lo correcto? ¿Qué pretenden que diga cuando se lo consulta sobre “la no presentación a declarar” de Macri ante la Justicia? ¿No hemos sentenciado, mil veces, que la expresidenta, en lugar de eludir, recusar, pedir nulidades o declamar a los cuatro vientos que es víctima de lawfare, debe presentarse ante la Justicia ofreciendo todas sus verdades y sus pruebas, si es que, como ella dice, no tiene “nada que ocultar”?
¿Por qué criticar a Facundo Manes cuando le exige al expresidente que haga “lo correcto”?
Los ciudadanos, que iremos a votar por un cambio propositivo en las formas y actitudes de los políticos, apoyamos la actitud de una persona que no viene de la política y que no arrastra los vicios de la vieja política.
Juan José de Guzmán
jjdeguz@gmail.com
Billetes
El Gobierno sigue sin reconocer la inflación y decide aumentar los billetes en circulación existentes, sin crear una denominación superior ($5000 y $ 10.000, como mínimo, que serían aproximadamente 25 y 50 dólares, lejos de los 100 dólares que utilizan los países normales).
Siempre la misma historia, más costos para el país, más costos logísticos, etc.
Daniel M. Durán
DNI 22.614.283
Síndrome pospolio
Hay un tema olvidado (la poliomielitis) y otro, que no conoce la sociedad (el síndrome pospolio).
No tenemos un censo argentino de quienes se enfermaron en las décadas del 40, 50 y 60 y quienes sobreviven de entre 65 y 85 años.
Se los imagina jubilados, pensionados, protegidos. Sus vidas de esfuerzo, en alta proporción, padecen ahora los efectos de un “regreso “de la polio a sus cuerpos, afectándolos con dolores intensos, pérdida del tono muscular reconquistado, de la memoria, del sueño y de la capacidad respiratoria; padeciendo depresión y crisis neuronal –estrictamente vinculada–, y diseminados por todo el país.
Hoy, 24 de octubre, mundialmente se recuerda la responsabilidad social de la comunidad internacional frente al renovado flagelo y la responsabilidad puntual de las provincias, municipios y solo orientativamente de la Nación.
Muchas cosas pueden hacerse por los afectados de secuelas y por los propios médicos involucrados.
Pese a la frondosa legislación, que cooperamos en redactar, y los tratados asumidos, que en un buen número no se aplican o se eluden.
Gobernadores que cuentan con centros médicos de reconocida solvencia (CABA, Rosario, Córdoba capital, Puigari-Paraná) deberían imaginar soluciones (Schiaretti, Rodríguez Larreta, Omar Perotti, Bordet) y otros con gestión inclusiva, como Rodolfo Suárez, Gerardo Morales y Gustavo Valdés , y tantos otros urgidos de recursos y proyectos, tienen el deber moral de hacerlo, con los medios con que cuentan y pese a la pandemia y a que el 50% de los compatriotas tienen serias dificultades. No pueden faltar ideas ni locales que unan a un neurólogo con un clínico, un kinesiólogo y un nutricionista. Así de fácil. Y financiar congresos con el auspicio de prepagas y laboratorios. Tiene que haber colaboración de las fundaciones, la municipalidades, los colegios médicos, concreta y eficaz, para el paciente. Desde hace ya 20 años se ha pasado la posta de los traumatólogos a los neurólogos en las investigaciones internacionales.
En estas cosas, como en otras, siempre hay ángeles custodios, como la neuróloga Estela Centurión y sus eficaces colaboradores, que elaboran el censo y brindan orientación, que sin el interés gubernamental y participación civil hacen peregrina la cruzada.
Roberto Rodríguez Vagaría
DNI 8.451.791
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