Llega la Navidad, dar la talla, cuidarnos
Llega la Navidad
A pesar de las situaciones conflictivas y de extrema pobreza en el país y el mundo, cuando llega la Navidad el optimismo, la ilusión y los valores como la generosidad, la solidaridad y la paz se apoderan de nosotros. El espíritu de la Navidad nos invade, es renacer y estar más en familia y entre amigos, responsablemente. Su verdadero sentido es que Dios compartió nuestra vida humana para que nosotros pudiéramos compartir la vida divina. La Navidad auténtica, si llegamos a encontrarla, nos sorprende y alecciona. Nos proporciona alegría allí donde no solemos buscarla, nos invita a dar un sentido a lo que hacemos, que implica necesariamente la afirmación de los valores morales. Nos abre a una esperanza humilde. Es precisamente esa humildad lo más sobrecogedor y revolucionario que contiene: en la pequeñez de la Navidad se estrellan nuestra suficiencia, nuestra arrogancia, nuestra prepotencia. Su luz nos encamina hacia la comprensión y la tolerancia, a tener una mirada limpia, a elevar el nivel de nuestros intereses, habitualmente mediocres. Nos acerca sinceramente a todas las situaciones humanas, especialmente las de los más desamparados. Nos reafirma en el cansancio por la irracionalidad de toda violencia, nos anima a la paz y nos advierte sobre la erosión actual de las palabras y los sentimientos nobles.
Acaso todo esto suene demasiado lírico, pero es verdadero y necesario.
La Navidad comenzó en el corazón de Dios, pero solo se completa cuando llega al corazón del hombre.
Humberto Charo Amerise
charitoamerise@hotmail.com
Dar la talla
Hemos podido leer las excusas de dos de los tres legisladores opositores que faltaron a una sesión de alto impacto para muchos argentinos. Cada una más insustancial que la otra. Evidentemente ambos no han comprendido la responsabilidad que los inviste ser un servidor público. Sabemos –seguramente ellos mismos lo exigirían– que, por ejemplo, si un policía se cruza con un ilícito en la calle debe actuar; si no lo hace será demandado y nadie le preguntará si iba camino al casamiento de su hija. Lo mismo si un bombero se cruza con un incendio o tantos otros casos a quienes por menores recompensas económicas se les exige mucho más.
Es hora de dar la talla, o dejar el cargo a alguien que sí lo haga.
Gerardo Martínez
DNI 13.528.778
Cuidarnos
Y tanto festejo tuvo su fruto, los casos de Covid han estallado. Tanta irresponsabilidad la pagamos cara, a nadie se le ocurrió que las manifestaciones contribuyen al contagio. Les cuento a aquellos que alientan a celebrar sin los recaudos necesarios o protestar masivamente que lo mismo pasó después del velatorio de Maradona. Seamos conscientes de que la vacuna es fundamental, pero el barbijo y la distancia social son determinantes.
Susana Mastronardi
DNI 12.276.049
Carencia de justicia
En mi carácter de abogado promoví juicio de reivindicación de 2300 hectáreas en Luján de Cuyo, Mendoza, el 30 de octubre de 1971. El trámite, luego de muchos incidentes dilatorios, obtuve sentencia de la Sala B de la Cámara Comercial el 23 de diciembre de2003, suscripta por los doctores María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero y José Luis Monti, haciendo lugar en un extenso fallo en el que analiza los títulos de ambas partes, ubica el inmueble reivindicado y determina los pasos a seguir para le ejecución de la sentencia que pasó en autoridad de cosa juzgada.
En la etapa de ejecución de sentencia la misma Sala B de la Cámara Comercial desconoció la sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada y volvió a dictar una sentencia desconociendo el derecho que le reconoció a la parte actora. Elevado el caso a la Corte Suprema, esta, previo dictamen del procurador general, dictó sentencia dejando sin efecto la sentencia apelada y ordenando el dictado de un nuevo fallo. La Sala B de la Cámara Comercial sin sorteo alguno lo pasó a la Sala F, que dictó una nueva sentencia en contra de la parte actora con el argumento de que la fracción reivindicada no tenía la ubicación pretendida. Un nuevo recurso extraordinario volvió el expediente a la Corte Suprema, que dictó sentencia sin correr vista a la Procuración General, expresando no haberse cumplido con el art. 280 del Código de Procedimientos, con el voto de los doctores Elena Highton de Nolasco, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti, después de 48 años de trámite. En el libro Qué Justicia existe en Argentina. Testimonio de un despojo judicial explico claramente la carencia de justicia que existe en nuestro país.
Horacio F. Artigas
DNI 4.247.559
Malas palabras
En su habitual columna de los domingos, la periodista Graciela Guadalupe hizo mención y destaca con gran habilidad el uso actual de las llamadas “malas palabras” en el lenguaje cotidiano y recalca especialmente la de “pelotudo”, tan usada y extendida. Al respecto, resulta quizás oportuno señalar que el origen de esta palabra, como la de “boludo”, remiten a un significado muy diferente. En las guerras de la independencia y frente a un ejército moderno y provisto con armas de fuego, los gauchos se formaban en tres filas: la primera era la de los “pelotudos”, que portaban las pelotas de piedras grandes amarradas con un tiento. La segunda era la de los “lanceros”, con facón y tacuara y, la tercera, la integraban los “boludos” con sus boleadoras o bolas. Cuando los españoles cargaban con su caballería, los pelotudos, haciendo gala de una admirable valentía, los esperaban a pie firme y les pegaban a los caballos en el pecho. De esta forma, rodaban y desmontaban al jinete y provocaban la caída de los que venían atrás. Los lanceros aprovechaban esta circunstancia y pinchaban a los caídos. Como se puede apreciar, eran valientes que desconsideraban la diferencia y la desventaja de recursos y se convertían en verdaderos héroes. En 1890, un diputado de la Nación aludió a lo que hoy llamaríamos “perejiles”, diciendo que “no había que ser pelotudo”, en referencia a que no había que ir al frente y hacerse matar y es probable que a partir de entonces el sentido haya empezado a cambiar. Sin duda, los actuales “pelotudos” y “boludos” nada tienen que ver con aquellos héroes del principio de nuestra historia.
Jorge Eduardo Dimov
DNI 7.596.899
En la Red Facebook
Martín Guzmán: “Al Fondo le hace falta una revisión mayor sobre lo que hizo el gobierno de Macri”
“¡Piensen bien lo que están haciendo ustedes!”- Delia Esther Díaz
“Jajaja... se cree que son los únicos que hacen las cosas bien. ¡Así venimos hace 50 años!”- Miriam Liliana Martínez
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