Aguas y geopolítica

La bajante del caudal de aguas del río Paraná en territorio argentino ha generado una lógica preocupación dado que esa Hidrovía constituye la salida principal de productos del agro hacia el exterior.

Lo que resulta insuficiente es la afirmación de que el bajo caudal se produce por la “falta de lluvias” en la zona, causa necesaria, pero que no explica la complejidad del fenómeno que enfrentamos.

Cuando decimos que el río Paraná es el río del Mercosur queremos recordar que sus aguas son compartidas por las naciones que constituyen ese grupo, nace en el Mato Grosso brasileño, para bajar hacia el sur tocando territorios paraguayos y argentinos.

Podemos recordar las represas que van regulando su caudal de aguas generando su aprovechamiento hidroeléctrico y concretando vías de comunicación para garantizar el transporte fluvial en su curso.

• La primera represa es Iha Solteira en Brasil.

• La segunda es Jupiá, en Brasil. Cuenta con una esclusa que permite la navegación a lo largo de la Hidrovía Paraná-Tieté.

• La tercera es Porto Primavera -estado de São Paulo, Brasil-. Cuenta con una esclusa que permite la navegación a lo largo de la Hidrovía Paraná-Tieté.

• La cuarta es la represa hidroeléctrica de Itaipú, un ente binacional de Paraguay y Brasil.

• La quinta es la Central Hidroeléctrica Yacyretá-Apipé, realizada por Argentina y Paraguay. Contiene dos vertederos, una central hidroeléctrica, un canal de navegación con dos esclusas.

Cada una de las represas mencionadas cumple la función de regular el caudal del Paraná para garantizar la generación de energía y la navegación de las hidrovías. Por ende, resulta necesario establecer acuerdos internacionales entre los países intervinientes a fin de evitar que el control que ejerce sobre las aguas -por ejemplo Brasil, garantizando el buen funcionamiento de la Hidrovía Paraná-Tieté- no perjudique a los que están en el curso inferior Paraguay y Argentina y a su Hidrovía.

Es evidente que el papel lamentable que hoy el gobierno argentino juega en el Mercosur es consonante con la pobre explicación que ofrece al problema. Resulta clara la propuesta gubernamental: para que se resuelva la situación de la Hidrovía solo nos queda rezar para que llueva.

* El autor es exDirector Ejecutivo de Greenpeace para el Cono Sur