¿Con qué frecuencia de onda estamos resonando?
En la época que ejercía de maestra de primaria, en el Colegio Santa Rosa de Lima de Munro, hacia el fin de algún año de la década del 70, con otras colegas acompañamos al último grado a un viaje a la localidad de Balcarce a conocer la Estación Terrena de Transmisión. En ese lugar se acababan de instalar enormes antenas satelitales que nos intercomunicarían con el mundo. Éstas estaban ubicadas en una hondonada natural del terreno, como un gran cráter, de modo tal que las antenas apuntaban al espacio, sin ser interferidos por las ondas de diferentes procedencias que circulan paralelamente a la corteza terrestre, por ejemplo, las frecuencias radiales.
Nos hicieron bajar para percibir esa maravillosa sensación de paz mental, como la que se siente en una cueva en la montaña o a seis metros de profundidad en el mar. No lo podíamos creer, a todos nos quedó grabado ese sublime estado de beatitud.
Si nuestro cerebro tuviera la capacidad de visualizar y/ o captar las miles de ondas que actualmente cruzan nuestros espacios cotidianos, no lo creeríamos: radio AM, FM, motorolas policiales, infrarrojas, las señales de todo lo inalámbrico: teléfonos, controles remotos diversos, etc. Una parte de nuestro ser registra este alboroto transmisivo y lo traduce en inexplicable inquietud o desmesurada ansiedad.
Este es uno de los motivos externos que nos sacan de nuestro eje cuerpo-mente-alma y nos altera de modo tal que nos convierte en eternos “zappeadores” (de zapping) de la vida. Saltamos dispersamente de un tema al otro, de una actividad a otra, de un sentimiento a otro, en una desgastante, inútil y ascendente espiral.
Nuestra mente también tiene su propia longitud de onda, la que resuena con la Tierra, la famosa “resonancia Schumann”.
¿Qué nos retorna al eje? La respiración consciente y profunda, los sonidos armoniosos como los de cuencos o campanas tibetanas, Mozart o Haendel, sonidos ancestrales como los mantras, la oración, palabras emitidas con amor desde el corazón, y el Yoga, el Tai Chi, las disciplinas que accionan unificando cuerpo, mente y corazón. Esas que nos ayudan a reconectarnos con nuestra parte más elevada, que nos devuelven la condición de seres humanos completos, multidimensionales y poderosos.
Más leídas
Dos bancos los ofrecen. Quiénes pueden acceder a los créditos hipotecarios de hasta $250 millones para comprar casa
"Quédese sentadito". Un diputado de UP cuestionó el “equilibrio emocional” de Milei y Espert le apagó el micrófono
Inversión de US$270 millones. Stellantis fabricará un nuevo SUV en la Argentina desde este año: todos los detalles