Lo que el VAR nos robó
Y sí, hermano, vos que sos futbolero debés de pensar lo mismo que yo.
La alegria del gol, el abrazo compartido con amigos o desconocidos, la cuerdas vocales que explotaban en la garganta...
Ahora, con el VAR, se perdió, se devaluó todo, casi como nuestra moneda.
Ya no hay disfrute porque un gol no puede gritarse dos veces. Y en el primer grito hasta tenés miedo de quedar en ridículo.
¿Para qué alegrarte y dejar que estalle tu corazon? Si después el tecnicismo te mete un valium, pone la reversa, quedás en orsai y estamos como cuando vinimos de España.
Y menos mal que Diego metió la “Mano de Dios” antes de esta tortura, sino ni esa nos dejaban disfrutar.
Sabés qué: prefiero el error, putear al referí, el penal que no fue y el que se comió, porque eso nos daba argumento para la cargada o el descargo en la oficina.
Los partidos hoy tienen “rewind”, una tecla maldita que los adormece.