Todos podemos correr una carrera
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Me anoté para correr El Cruce 2021, 3 días de 30 kilómetros cada uno en subidas y bajadas. ¿Estoy loco o me falla algo? Mis compañeros de grupo me alentaban: “Vos podés, vamos Tori, lo tuyo son las subidas, cuidate en las bajadas, sos como un pez en el agua”. Todos esos comentarios me fueron convenciendo de que podía hacerlo. Y la nota que coronó la idea fue que mi hijo varón, Nahuel, decidió que participaría conmigo de la competencia.
Fuimos al sur con muchas preguntas y casi ninguna respuesta, con miedo y hasta terror a la montaña y a la altura. Miedo a no poder mover las piernas. Cada persona nos decía algo diferente: tomá esto, hidratate con aquello, etc.
Llegamos a la largada y arrancamos la aventura de estar solos, pero acompañados por una inmensidad de gente que nos alentaba y que competía contra la montaña, pero se abrazaba a ella.
Fue una de las más alucinantes experiencias deportivas que viví junto a mi hijo. El hecho de apoyarnos y juntos seguir subiendo hasta no dar más. Me caí 6 veces, pero me volví a levantar siempre con ayuda.
En la llegada lloré como nunca en mi vida, parecía un chico, con la satisfacción de haber podido hacer algo juntos, pero apoyándonos mutuamente y confiando que explorar nuevas experiencias sin conocer el final es algo que vale la pena hacer. Lo recomiendo,
Soy diferente después de haber vuelto y puedo decir que el riesgo de hacer algo que no sabemos que podemos lograr, pero confiando en lo que hemos hecho y con el apoyo de los demás, es posible y vale la pena.
Salud a todos. A seguir explorando la vida que se nos regala todos los días.