Homo solidario
Desde el siglo XIX se debate si el Homo sapiens devino Homo economicus, es decir, solo preocupado por el dinero. Si el Homo sapiens u hombre moderno marca el punto más alto de la evolución de la especie, el economicus de alguna manera supone una degradación o envilecimiento y se contrapone con el Homo naturalis, que es responsable y solidario con el lugar y la sociedad a los que pertenece. Sin adentrarse en disquisiciones teóricas, desde esta perspectiva habló el jueves la filósofa Paola Delbosco durante la cena anual de la comunidad de Schoenstatt. Como el objetivo era recaudar fondos para ese movimiento católico y, muy especialmente, para la Casa del Niño, de Florencio Varela, en la que 300 chicos de bajos recursos reciben a diario alimentación, apoyo escolar y asistencia médica, es comprensible que Delbosco reflexionara sobre las diferencias entre quienes se concentran solo en su bienestar y quienes están atentos al otro, a los otros, a las necesidades de los otros.
Probablemente, en todas las personas conviven el economicus y el naturalis, y eventos como el del jueves llaman a apagar el primero y encender el segundo. La recaudación, de casi 4,5 millones de pesos, habla de la vigencia del homo solidario.