Diálogo semanal con los lectores. Ciudadanos y ciudadanas, masculinos y femeninos
Por Lucila Castro De la Redacción de La Nacion
"Cuando la Presidenta se dirige a los argentinos, ¿es necesario que diga tantas veces «argentinos y argentinas», «ciudadanos y ciudadanas», «todos y todas»? ¿La palabra argentinos o ciudadanos o todos no abarca a hombres y mujeres? ¿Por qué siempre tiene que agregar el femenino?", pregunta Beatriz Sánchez.
Esta cuestión ya la tratamos a raíz de la consulta de un vecino de la otra orilla, porque el presidente uruguayo tiene la misma costumbre ("La corrección política no puede con el uso", 17-7-2006). La Presidenta lo hace porque cree que así se muestra "políticamente correcta". Lo hace así en sus discursos públicos, pero, aunque nunca la traté personalmente, estoy segura de que en privado no habla así. Y puedo decirlo con certeza porque ella es hispanohablante nativa y ningún hispanohablante nativo habla así. Pero se equivoca y con esa manera de expresarse contradice su voluntad de ser llamada "presidenta".
Cuando Cristina Fernández de Kirchner fue elegida presidenta, defendí su derecho de usar el título en la forma femenina con argumentos lingüísticos ( "Presidenta se escribe con a" , 5-11-2007). Sostuve entonces (y me gané las iras de muchos opositores, que llegaron a decir que ellos iban a llamarla "presidente" solo por no darle el gusto) que la Constitución debía interpretarse en la lengua en que estaba escrita y que en español el masculino es genérico, que los cargos se nombran en su forma masculina, pero que, cuando se refieren a la persona que los ejerce y esa persona es una mujer, si el título es una palabra de dos terminaciones debe usarse la forma femenina. Expliqué que la Constitución no había necesitado ser reformada para incorporar senadoras, diputadas y juezas , y que de la misma manera se podía llamar presidenta a una mujer que ejerciera la primera magistratura.
Si la Presidenta lo entiende así, y no puede entenderlo de otro modo si pretende que le den el título en femenino, debe entender también que para dirigirse al conjunto de sus conciudadanos basta el masculino genérico, que incluye a las mujeres, y que desdoblar al pueblo en dos grupos discriminados, como ella lo hace, no es políticamente correcto, sino, en el fondo, machista. Es como si se dividiera a la ciudadanía en una "rama política" y una "rama femenina", lo cual ya desde los nombres estaría mostrando que las mujeres necesitan un trato diferencial porque no merecen ser incluidas en la categoría "superior".
Estilos
Escribe Guillermo Scarabino: "Quisiera saber si el Manual de estilo de LA NACION admite expresiones como «Desde hace un buen tiempo, venía pasándola fulero» y «En ese contexto, se mandó un tríptico de piezas», como puede leerse en una nota necrológica aparecida en la sección Espectáculos el 20 de marzo".
En el mismo sentido se manifiesta el doctor Augusto César Belluscio, que comenta: "Lejos de mí atacar al lunfardo, que no solo respeto sino que me agrada. Pero de ahí a utilizarlo en una necrología media bastante distancia. Me resulta una muestra de irrespetuosidad. Cada cosa en su lugar".
Es alarmante que profesionales del lenguaje como son los periodistas no distingan niveles de lengua y no comprendan que expresiones aceptables en el registro coloquial son chocantes en textos de este carácter. No hace mucho leímos en la sección Arquitectura la expresión "Le importa un pomo". Creo que esto se debe, en gran medida, a la poca lectura. Muchos jóvenes adquieren el lenguaje casi exclusivamente por vía oral o por escritos de coetáneos que tampoco leen, y así, cuando tienen que expresarse, lo hacen en un solo registro.
El tiempo vuela
"El 21 de marzo, en la columna «El pulso político», me vi sorprendido por la expresión «el aniversario de sus primeros cien días», al comentar el autor los primeros cien días de gobierno de la Presidenta. Consulté el diccionario por las dudas de que el término aniversario tuviera otra acepción que la de ´día en que se cumplen años de algo’, que yo desconociera. Pero no la hay. Lo lamento", escribe Aldo Hugo Cantón.
Como es sabido, la percepción del tiempo es subjetiva y para algunos pasa muy rápido. Así, con años de cien días, se nos va la vida.
Bibliotecas en la Red
"En LA NACION del 21 de marzo («Los libros de Villa Ocampo, en la Web»), se dice que «los 12.000 volúmenes que guarda la biblioteca de Villa Ocampo, junto con 1000 revistas, fotografías, cartas y papeles personales…, además de atesorarse para la consulta en la bellísima casa de San Isidro, ahora podrán consultarse libremente a través de Internet». ¿Quiere decir que se podrá leer todo ese material en Internet? Me parece muy raro", escribe J. Alberto Castro.
Evidentemente se interpretó mal la información suministrada, de la que puede comprenderse algo por lo que se escribe más abajo. Con un subsidio de 15.000 dólares y un año o menos de trabajo, es imposible volcar todo ese material en Internet. Además, no tendría sentido. Existen bibliotecas virtuales reunidas especialmente para Internet con textos obtenidos de fuentes diversas y existen catálogos de bibliotecas reales que nos informan que en determinado lugar puede encontrarse determinado material. La biblioteca de Victoria Ocampo debe de contener mucho material interesante, pero también muchos libros que seguramente están también en otras bibliotecas. Si a una persona le interesa un libro y encuentra el texto en Internet, no le importa de qué biblioteca particular proviene, pero si está tratando de localizar un libro, le será muy útil saber en qué biblioteca real puede encontrarlo. El subsidio del que se habla en la nota seguramente servirá para fichar el material de Villa Ocampo y ese catálogo es lo que podrá consultarse en Internet.
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