Desde Nueva York. Claves para entrar aun sin pertenecer
"¡Quiero aprender a jugar al polo ya!", saluda Amy Sacco, en cuanto se entera de que está frente a una periodista argentina. Y, con interrupciones para ir a saludar a la supermodelo brasileña Giselle Bündchen y a la estrella del fútbol americano Tom Brady, que están entrando a su discoteca, Bungalow 8, enumera a sus amigos entre los polistas argentinos.
Pero hay más conexión argentina, asegura: Bungalow 8 fue diseñada por Diana Viñoly, mujer del arquitecto Rafael Viñoly. Por todo esto, la mayor empresaria nocturna de la Gran Manzana asegura que, en cuanto tenga tiempo, quiere viajar a nuestro país.
Sacco, la menor de ocho hermanos de una familia de escasos recursos de Nueva Jersey, empezó trabajando de moza en una fonda y no descansó hasta convertirse en dueña de los restaurantes y las discos que -desde Paris Hilton hasta los Rolling Stones- eligen para ese tipo de noches.
¿Cómo puede hacer una persona ignota para entrar en sus sagrados recintos? "No actúen como si fueran importantes porque entonces sabré que no lo son; no traten de sobornarme. Sonrían, sean educados, estén dispuestos a esperar y acérquense a la puerta con confianza", resumió.
La explicación fue dada nada menos que a los alumnos de la Universidad de Yale, cuando la prestigiosa universidad americana la invitó a compartir los secretos de su éxito empresarial. Pero los jóvenes no pudieron evitar preguntarle, sobre todo, cuál era el truco para ser admitidos en sus discos. Aun las claves de un tema frívolo claramente pueden formar parte de una educación Ivy League.
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