¡Ay, burocracia!
"Créase la Unidad Ejecutora Especial Temporaria 'Unidad de Relaciones Técnicas con el FMI'".
(Del Boletín Oficial.)
"Por donde vos pasás no crece más el pasto", le gritaron una vez a la vecina que mis ojos infantiles veían como a una dulce viejecita. Recuerdo que no entendí qué quisieron decirle. Que miré el pasto del jardín de doña Chenta (así la llamaban todos, nunca supe su verdadero nombre) y que el pasto se veía bien verde y crecido, tal vez demasiado. Seguro que no caminaba por allí. De lo contrario, hubiera estado ralo o directamente no existiría. Flor de confusión me creaba aquella frase.
"Tiraste la piedra y ahora escondés la mano", le reprochó la profesora de piano al marido justo cuando se hizo un silencio en medio del solfeo, la teoría y el Claro de luna, de Beethoven, que tocaba con cierta desarmonía uno de mis compañeritos en la casona de Barracas a la que mi padre me llevaba una vez por semana. Jamás vi la piedra y las manos de don Julio estaban a la vista.
"Nunca falta un roto para un descosido", recuerdo haberle oído decir a una de mis primas a su novio que ese mismo día dejaba de ser el novio después de un griterío infernal en el que ella culpaba ofuscada a otra "ella" a la que no le ponía nombre, pero que parecía ser muy mala persona. No supe a esa corta edad qué se había roto ni qué se había descosido. Pero las frases dichas con tanto énfasis siempre me quedaron dando vueltas en la memoria.
En la infancia, todo se ve agigantado. Aquellos problemas de relacionamiento de gente conocida podrían haberse arreglado sin tanta frase rimbombante como hacen hoy supuestos enemigos acérrimos, capaces de hallar formas muy creativas -y tercerizadas- para intentar superar las diferencias.
En el Boletín Oficial del lunes se publicó la creación por parte del Ministerio de Economía de una oficina, con funcionarios y presupuesto, para relacionarse con el Fondo Monetario Internacional. La nueva pata de la gran mesa burocrática del Estado elaborará estrategias de relación, formulará propuestas para conducir las conversaciones y negociaciones con el FMI y articulará las relaciones con otros miembros y representantes del Gobierno en discusiones con el Fondo.
Así funciona el Estado. Ponemos más gente donde ya hay gente para resolver un problema conocido.
En cambio, ni doña Chenta ni la profesora ni mi prima necesitaban gastar tiempo -y mucho menos plata ni crear comisiones- para arreglar sus cuitas. Ponían "manos a la obra", "querer es poder" y "chau picho".