Coronavirus: repatriar a los médicos argentinos
Si hay algo sobre lo que los argentinos no tenemos dudas es sobre la gravedad de la situación a nivel nacional y global respecto del Covid-19. Todos los ciudadanos del país hemos atendido a las medidas preventivas y a la cuarentena dictadas por la Organización Mundial de la Salud, que el 11 de marzo declaró pandemia el brote del nuevo coronavirus.
Son días difíciles para todos en lo económico, en lo emocional y obviamente en lo que respecta a la salud. Tres factores que despiertan mucha incertidumbre y miedo en los argentinos, que, sin embargo, afrontan la situación con una actitud ejemplar. Pero esto parece haber facilitado un oscurecimiento en los manejos de un gobierno cuya lógica resulta incomprensible en algunos casos. Porque mientras la severidad de las medidas instaladas aumenta –de acuerdo con el deseo expresado por el presidente Alberto Fernández–, y con ello, las penas para quien las desobedece, no se aprecia la misma rigurosidad en las súbitas ideas con que el Estado descoloca al país entero.
Es evidente que hay un incómodo crecimiento del control que ejerce el Estado, el cual, sin embargo, se mueve sin miramientos y sin dar respuestas de sus propios equívocos y violaciones. Pues aun cuando las cifras locales indican más de 2500 casos de contagio y más de un centenar de fallecidos, además de un crecimiento del porcentaje de contagios entre el personal de la salud –el cual es el recurso más crítico–, el Gobierno no dio prioridad a la repatriación de los profesionales médicos argentinos varados en el extranjero. En cambio, ha solicitado la intervención y el arribo de más de 200 médicos cubanos al país, cuyas identidades e idoneidades son una incógnita. Para peor, estos últimos han recibido la autorización sin pasar por la cuarentena dictaminada por decreto de necesidad y urgencia. El Gobierno no ofrece explicaciones de semejante incoherencia, que de cualquier manera es un despropósito, una jugada meramente propagandística que hacer surgir la pregunta: ¿para dejar contento a quién o a quiénes?
Son múltiples las denuncias mediáticas acerca de la falta de respuesta de parte de las autoridades de las diversas embajadas y consulados argentinos en el mundo. Parece claro que el ingreso de personal médico cubano es parte de una importación de referentes de la dictadura más larga del continente, en la que los médicos trabajan en condiciones de esclavitud, con una quita de hasta el 90 por ciento de sus salarios, destinados al régimen castrista. Sin embargo, necesitamos la palabra oficial y las explicaciones pertinentes. Es fundamental que el Poder Ejecutivo responda a las crecientes incógnitas para poder enfrentar esta pandemia con las herramientas necesarias y el recurso humano capacitado.
No se explica por qué para el Gobierno la prioridad la tienen profesionales extranjeros, cuando tantos médicos nuestros desean volver al país para trabajar contra el Covid-19. Nuestros médicos son conocidos en el mundo entero por su excelencia, y sin embargo aquí tenemos un gobierno que, en la práctica, los desprotege y destrata, al preferir personal cubano, violando completamente la cuarentena y poniéndonos en riesgo a todos los argentinos. Es imposible entender la lógica de los que confunden su populismo con patriotismo, y que no dejan de perseguir finalidades no declaradas.