El diputruchembajador
"Cuando veo tantos animalitos, no saben lo mal que me siento"
(De Alberto Fernández, sobre las imágenes de los billetes)
Juan Abraham Kenan es recordado como el primer diputrucho del Congreso. Daniel Scioli vendría a ser el último. En su condición de embajador-boy scout, ayudó al Gobierno a conseguir el quorum para modificar el régimen jubilatorio de jueces, fiscales y diplomáticos. A pesar del constante vapuleo al que lo somete el kirchnerismo, Danielito demuestra que sigue estando siempre listo.
"Hemos podido corroborar que se alcanzó el quorum con alguien que ya no es diputado, sino que pertenece al Poder Ejecutivo", bramaba el legislador Mario Negri, a lo que Danielito respondía que no, que él todavía no era embajador en Brasil y que si pisó la tierra de Gilberto Gil fue para escuchar buena música, tomar caipirinhas y comprar Garotos en el free-shop, sin el 30% de recargo del impuesto PAIS.
A Kenan, exasesor de un diputado justicialista, lo sentaron en una banca, en 1992, cuando al menemismo no le alcanzaba el quorum para privatizar Gas del Estado. Un grupo de periodistas se dio cuenta de la maniobra, lo increpó y el hombre intentó escaparse, pero no pudo -cuentan muchos testigos de aquella época- como sí lograron hacerlo otros varios "calientaescaños" peronistas de ocasión.
Para aquel entonces, fue un gran escándalo. Seguramente lo de Scioli pasará rápidamente al olvido, aunque ya hayan empezado a aparecer comunicaciones oficiales del "embajador Scioli" en las que convocaba a tales o cuales reuniones.
Para entender por qué el peronismo puede hacer estas cosas sin tener que pagar altos costos políticos, puede servir de explicación el reciente consejo del gobernador tucumano, Juan Manzur, a la ministra de Seguridad nacional cuando esta le sugería abrir el debate a la oposición. "Poné a alguien que los escuche, que los atienda y después hacemos lo que nosotros queremos".
También podría valer como referencia la frase del ministro de Seguridad santafesino, Marcelo Sain, cuando se le preguntó por la ola de crímenes en Rosario: "Es algo bastante estacional para esta época", dijo. Estacionales, señor ministro, son la sandía, la uva, la ciruela, la frutilla, la berenjena y la remolacha.
"Cuando veo tantos animalitos, no saben lo mal que me siento", dijo Alberto Fernández. Pero no se refería a algunos dirigentes, sino a los bichos que pueblan los billetes. A él le gustaría seguir viendo a próceres allí. Los del pasado lejano, porque no estaríamos forjando nuevos.