El Titanic del peronismo
"Si el Titanic hubiese estado lleno de peronistas, seguro que se salvaban; son sobrevivientes profesionales".
(De Luis Juez.)
Dijo Cristina Kirchner a los jueces del tribunal que la investigan por haber direccionado un fangote de obra pública a Lázaro Báez: "Van a tener un problema, van a tener que citar al presidente". Se refería al electo, Alberto Fernández, a la sazón, su elegido para liderar la fórmula que ella, en los papeles, no lidera.
"Fue un acto de defensa maravilloso de Cristina. Nunca me involucró a mí", se defendió Alberto ante los periodistas. El punto es que no solo se refirió a él diciendo que como exjefe de Gabinete le competían todas las decisiones presupuestarias de gobierno, sino que recordó que ella ya había pedido que se lo citara como testigo junto a los otros exjefes de Gabinete del kirchnerismo. Y lo más interesante de todo: la Justicia se lo aceptó.
Guardar las formas parece ser el imperativo peronista del momento entre las principales figuras que volverán a hacer saltear los ingredientes en la sartén donde el poder se adereza sin culpas.
¿Quién se acuerda ya de la época en que Cristina reconocía en Alberto solo un lobista entre la política y los negocios, que antes que funcionario actuaba como vocero de los medios enemigos y que demostró ser un traidor?
¿A quién se le ocurriría volver sobre los dichos de Alberto respecto de que los gobiernos de Cristina fueron deplorables, que actúa como una adolescente, que hizo sancionar leyes para protegerse penalmente de los delitos que cometió y que su administración "se valía de personajes secundarios de la política para vincularse y relacionarse con el gobierno de Irán" en el caso del encubrimiento del caso AMIA, ocultamiento del que Cristina -decía- fue "instigadora"?
Dijo Eduardo Duhalde hace un par de semanas: "Cristina y Alberto van a durar muy poco tiempo juntos". Dijo Duhalde después de reunirse con Alberto: "Son dos caracteres muy fuertes, los conozco en profundidad a los dos. Hay inteligencia en ambos. Si se pelean, no se puede gobernar". "El Padrino" y "mafioso" llamaba Cristina a Duhalde, cuando, siendo presidente, el esposo de Chiche se resistió a solventar la campaña de Néstor con fondos del Estado. Dijo Chiche Duhalde: "El día en que Eduardo le ponía la banda a Néstor, a mí y a mi familia nos echaban del palco".
Y, como resumen, acaso corolario, dijo Luis Juez: "Si el Titanic hubiese estado lleno de peronistas, seguro que se salvaban; son sobrevivientes profesionales".