Una tara tras otra
"Lo de las cárceles es una tara del kirchnerismo en términos de repetir hechos históricos, que se convierte en parodia".
(De Miguel Ángel Pichetto.)
Este domingo, el Gobierno cumple cinco meses y la cuarentena está a punto de llegar a dos. Podría decirse, sin mucho margen de error, que Alberto Fernández lleva más de un tercio de la gestión gobernando por decreto, con un Poder Ejecutivo dominante, un Legislativo mudo y un Judicial desorientado. O sea, más o menos lo que hizo el peronismo en la mayoría de sus gestiones en las que controló el Congreso y abdujo a buena parte del sistema judicial.
No siempre las tragedias son trágicas para todos. El parate mundial, con la enorme cantidad de muertos e infectados por la pandemia, ha permitido a muchos gobiernos poner entre paréntesis decisiones que en situaciones normales no hubieran podido demorar sin mayores costos. Cuando el virus que nunca iba a llegar a estas tierras llegó, el Gobierno todavía no había presentado su programa económico ni concluido en qué iba a pasar con la bruta deuda. Ahora tampoco.
Antes del Covid-19, los jubilados se enteraron de que no cobrarían más aumentos por la ley de movilidad. Recibieron una suba por decreto con la promesa de volver a legislar sobre el asunto en seis meses. El plazo se está por cumplir y solo se prevé un nuevo decreto que, como el anterior, no beneficiará a todos los beneficiarios.
"El cepo es como ponerle una traba a una puerta giratoria... evita la salida de dólares, pero también la entrada", decía Alberto cuando era candidato, y antes de ajustar y de reajustar el cepo como Presidente.
Antes del aislamiento preventivo no había ley de presupuesto. Ahora tampoco, con el agravante de que se presupuestaron compras de alimentos para atender la pandemia a valores escandalosos. Antes del confinamiento, muchos presos estaban debidamente confinados. Después salieron y ahora los vuelven a reclutar para seguir presos. Y a los amotinados les perdonan el motín.
"Lo de las cárceles es una tara del kirchnerismo en términos de repetir hechos históricos, que se convierte en una parodia porque la liberación de guerrilleros en el 73, por lo menos, tenía algún sentido épico", dijo el ahora excompañero Miguel Ángel Pichetto. Parecen darle la razón la viceministra Adriana Puiggrós con su "evaluar [alumnos] es un elemento de control" y la directora de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, con su "la Corte tiene que decidir si los argentinos vamos a escribir la historia con sangre o con razones". Una tara tras otra.