¿Cómo estabas vestida ese día?
No importa la ropa que llevabas puesta. Eso es lo que intenta demostrar la exposición de un museo de Molenbeek (Bruselas), donde se exhibe la ropa que llevaba un cierto número de mujeres en el momento de ser objeto de agresiones sexuales. Colgadas de una pared blanca se muestra un conjunto de jeans y remera junto a un pijama y un uniforme. También hay una chilaba -túnica con capucha que usan las mujeres marroquíes- y un pantalón corto con su camiseta. Junto a las prendas, cuelga una hoja con el testimonio escrito de cada víctima. "Llevaba un uniforme de policía y tenía un arma conmigo. No sirvió de nada", dice uno de ellos.
Una de las primeras preguntas que se le hace a la víctima de un abuso es "¿qué llevabas puesto ese día?". En esta exposición se explica que el atuendo de la persona es irrelevante, y que no existe un prototipo de persona proclive a sufrir agresiones sexuales. Y que el abuso puede ocurrir en cualquier ámbito, incluso en el de la pareja. En Molenbeek tuvieron una idea simple y eficaz, puesta al servicio de la destrucción de un prejuicio.