Contrastes
Ukhia, Bangladesh.- Fuera de campo, nos informa quien tomó esta imagen, hay algún juego infantil. Fuera de campo, sabemos, hay niños esperando su turno para subir a una calesita. Unos metros más acá de la castigada valla metálica y la niña del vestido de flores, hay una calesita y clima festivo: es día de celebración religiosa para los rohingyas que habitan un campo de refugiados en Ukhia, Bangladesh. La niña se vistió, peinó y acicaló para la ocasión. Y no es solo el encuadre de la foto lo que la arranca del runrún ingenuo de los festejos, sino eso que, con liviandad, empuña. Un enigma, el arma de juguete. Un enigma, el gesto de la chica, la sonrisa tenue, la mirada imposible de develar tras los anteojos negros. Cuánta habrá sido la muerte a su alrededor un año atrás, durante las matanzas en Myanmar. Cuántas heridas habrá en su cuerpo, en sus palabras, en el contraste feroz entre el mundo que aplasta y la inocencia que insiste.