Coronavirus: la vuelta a la normalidad debe ser geográfica, no por sector
A medida que pasan los días dentro de la cuarentena obligatoria implementada por el Gobierno nacional, seguimos contrastando el efecto positivo que ésta ha ofrecido sobre el desarrollo de la pandemia en la Argentina. Pero también estamos experimentando el catastrófico resultado económico para millones de personas que han visto mermados sus ingresos de una forma significativa. Esa falta de actividad también ha estresado hasta límites imposibles las finanzas públicas tanto a nivel nacional, provincial y municipal por la reducción en los ingresos impositivos y el aumento del gasto con relación al Covid-19.
En estos momentos nos encontramos en la necesidad de ir aportando ideas sobre la estrategia a seguir para ir volviendo paulatinamente a una normalidad económica, pero siempre intentando minimizar los riesgos a la salud de los argentinos y argentinas.
En la Argentina se dan unas condiciones muy particulares sobre el desarrollo de la epidemia que no son comparables a ningún país en la actualidad. Existe una dispersión limitada de los contagios a nivel nacional en comparación con otros países, y éstos están focalizados en un número reducido de zonas. Por eso considero que hay que plantearse una filosofía de reanudación de actividades no desde una vía nacional y sectorial, sino desde una geográfica.
La cuarentena temprana, junto con el cierre de fronteras exteriores y la limitación extrema de los movimientos entre provincias, han reducido la expansión masiva del virus entre la población. Dadas las características poblacionales, el país y las distancias físicas, se ha constatado con las estadísticas oficiales una diferencia significativa de contagios entre la ciudad y la provincia de Buenos Aires, y el resto de la Argentina.
Utilizando como soporte la información aportada por el Ministerio de Salud de la Nación, he realizado personalmente, porque no existe en la actualidad, un análisis estadístico del desarrollo de la enfermedad por provincias. Este análisis se desarrolla con datos desde el 5 de marzo, cuando se descubrió el primer caso en Argentina, hasta el 3 de mayo. Las conclusiones son extremadamente interesantes. Existen dos provincias, Catamarca y Formosa, que no tienen registrados ningún caso desde el comienzo del brote, lo que hace pensar que potencialmente están libres del virus. Existen otras cinco provincias, San Juan, La Pampa, Chubut, Salta y Jujuy con hasta cinco casos acumulados desde el 5 de marzo. En Jujuy, el último caso confirmado fue el 2 de abril, en San Luis el 6, en La Pampa el 10 y en San Juan el 11 de este mes. En Salta hubo un caso en los últimos 17 días y en Chubut 3. Mendoza no reportó ningún caso por ocho días seguidos y en la actualidad lleva tres sin casos. En Córdoba, la cuarta región por número de infectados, y, salvo por un salto reciente, se registraron entre cero y cuatro casos durante 13 días. Santa Fe ha oscilado entre cero y seis casos durante los 24 últimos días. En muchas de estas provincias, la curación de enfermos infectados por el Covid-19 en el tiempo, habrá eliminado ya el número de casos activos.
Si tomamos como consideración la regla de la Duplicación de casos cada 25 días, tendríamos 15 provincias con la posibilidad de abrir sus economías inmediatamente. Asumo que el Ministerio de Salud de la Nación y el Presidente Alberto Fernández tomarán otros parámetros esenciales, como si existen casos de libre transmisión del virus en cada municipio o provincia, el número de curados en esos 25 días, y el número de infectados en términos absolutos. Tomando cualquiera de los parámetros citados, el nivel de provincias que pudieran estar ya en normalidad económica es muy significativo, y no se entendería una extensión de la cuarentena por motivos de salud en ellas.
Enfocándonos ahora en las zonas con la situación más compleja, la ciudad y la provincia de Buenos Aires representan el 63% de la totalidad de los casos acumulados del país. Pero, salvo en los datos del día de ayer, analizando los nuevos casos diarios, estas dos zonas han copado del 69% al 89% del total nacional en los últimos 13 días. Estos datos demuestran un incremento proporcional muy importante de los nuevos pacientes infectados tanto en la ciudad como en la provincia de Buenos Aires, con relación al resto del país.
La conclusión principal de este análisis objetivo de las cifras oficiales radica en que no es posible analizar la evolución de la pandemia de una forma nacional y sectorial. La Argentina probablemente sea uno de los únicos países donde una forma de atacar la decisión de abrir la economía pueda llevarse de una forma geográfica. Una parte muy importante de zonas (provincias y municipios) pueden alcanzar una apertura casi completa de su economía en el momento actual, mientras que se debe proceder con más cautela en zonas como CABA, Buenos Aires, Chaco y Neuquén.
Las zonas donde se podría proceder con más velocidad en la apertura económica representan aproximadamente el 50% del PIB argentino y el 55% de la población. Si se continuaran con las precauciones de distanciamiento de dos metros, higiene personal estricta, uso obligatorio de barbijos-tapabocas, cuidado especial a los geriátricos, y continuación con el cierre de fronteras nacionales y provinciales (sobre todo con las más castigadas por la pandemia), considero que se dan las condiciones para una apertura económica en esas zonas incluso más agresiva de la contextualizada en la actualidad. Es importante informar a las autoridades nacionales, que viven en Buenos Aires, de esta realidad geográfica en el desarrollo de la pandemia en Argentina, para que puedan tomar las decisiones acertadas no desde su lógica personal sino con datos objetivos. Una apertura más profunda de la economía en las provincias menos afectadas, además de las importantísimas ventajas para los ciudadanos de estas zonas y el país en general, nos ofrecerá valiosos datos objetivos sobre la responsabilidad de cumplir las reglas, y los efectos de esta apertura generalizada en el aumento o disminución de personas infectadas. Con esa información, se podrán tomar decisiones más acertadas en zonas con situaciones más complicadas en la actualidad. Para ellas se podría plantear una apertura más limitada pero activa. En otros países se ha considerado la posibilidad, siempre que fuera posible, de realizar turnos de trabajo de 14 días con cuarentena de otros catorce para ir reduciendo la posibilidad de expansión de los contagios.
Tenemos la posibilidad única en el mundo de tomar una forma de apertura distinta y más efectiva para la sociedad en su conjunto. Pido que no la desperdiciemos.
El autor es economista y empresario