Cuentos para leer en dos direcciones
Las ciudades suelen atesorar leyendas sobre sus orígenes. El nuevo libro de relatos de Clara Obligado (Buenos Aires, 1950) propone historias que podrían revelar –parafraseando a Borges– una fundación mitológica de Madrid. La biblioteca de agua recorre la Calle de las Letras, en la capital española, donde vivieron varios escritores del Siglo de Oro y donde se afincó ella en 1976, cuando llegó a España como exiliada desde la Argentina. Su exploración no se limita al barrio y a las mujeres que habitaron un añoso edificio, sino que es capaz de "percibir la ciudad que se esconde bajo la ciudad. […] Todo es agua bajo los pies".
El agua es un motivo central de la colección ("Madrid" procede del árabe, "mayrit", madre de las aguas). El volumen completa una trilogía que se inició con El libro de los viajes equivocados (2011) y continuó con La muerte juega a los dados (2015). El rasgo en común a los tres títulos atiende, sobre todo, a la estructura. La biblioteca de agua incluye dieciocho cuentos que pueden girar alrededor del hielo ("Lo que no se recuerda"), el mar ("Zapatos rojos"), las goteras ("Construcción en abismo") o, siempre siguiendo la línea acuática, el río ("Lo último que los ojos ven"). La idea de la autora es que los relatos puedan ser leídos en dos direcciones (del primero al último y viceversa), produciendo según el orden que se siga perplejidades distintas.
Maestra en el manejo de la narración, con un decir cristalino, este género intermedio oscila entre el cuento y la novela, y produce una partición binaria que también rige su uso de la lengua. Ella lo sintetiza así: "Hablo como argentina y escribo en castellano peninsular".
La biblioteca de agua
Por Clara Obligado.
Páginas de Espuma. 178 págs./ $ 900