Dar la cara
Hamburgo, Alemania.- Muchas son las razones por las cuales una persona no quiere ser vista y por eso busca ocultarse. Puede ser para sorprender gratamente a aquellos que no esperan su presencia. O también deberse a la timidez o la vergüenza. La imagen muestra a un hombre mayor cubriéndose el rostro con una suerte de carpeta amarilla. El anciano es conducido en su silla de ruedas hacia la salida del tribunal de justicia el día en que empieza a ser juzgado en Hamburgo. A Bruno Dey, de 93 años, se lo acusa de ser cómplice de la muerte de 5230 personas en el campo de concentración nazi de Stutthof, en Polonia, entre agosto de 1944 y abril de 1945. ¿Qué expresará ese rostro? ¿Estará arrepentido por el horror del que formó parte? ¿O no quiere dejar que se vislumbre algún atisbo de imperturbabilidad ante lo acontecido? Imposible saberlo. Pero quien cubre algo encubre, y por eso no tiene la valentía de dar la cara.