Decisiones
¿Habrá pensado esa mañana que los stilettos rosa Dior eran una buena elección para pisar la tierra? ¿Le dijo alguien que un vestido floreado era el outfit imprescindible para una actividad destinada a la fuerza física y el contacto con la naturaleza? Difícil entrar en las decisiones estilísticas de Melania Trump. No es la primera vez que la primera dama de los Estados Unidos pisa la banquina al elegir un vestuario (cómo olvidar la chaqueta que rezaba "I don't care" durante su visita a un albergue de niños inmigrantes en la frontera entre Estados Unidos y México). Es probable que todo, incluso la pala que lleva en la mano, no sea más que una fachada para la ceremonia en cuestión: pese al acting, no será ella quien plante el roble Eisenhower original en los terrenos del jardín de la Casa Blanca. Sería interesante saber cómo visten quienes llevarán a cabo la tarea.