Demasiado visible
Masaya, Nicaragua.- Todo parece levemente anómalo. El hombre con casco de brigada sanitaria, la pose ruda, el rostro cubierto. Las primorosas terminaciones de la cortina blanca. El cartel de factura casera proclamando la anomalía mayor: fotos, aquí, no. La imagen, una transgresión en acto. Lo que ocurre tras la cortina, tras el cartel, tras el agente sanitario: gestos de una ciudad en guerra. Estamos en la entrada de una iglesia en Masaya. Lo que el hombre de casco azul custodia es el trabajo de médicos y estudiantes de medicina que, del otro lado de los cortinados, asisten a las víctimas de las últimas manifestaciones contra el gobierno. De raíces indígenas, Masaya fue una de las primeras poblaciones en levantarse contra Somoza y hoy es de las más aguerridas frente a Ortega. Quienes se niegan a ser retratados se saben población en riesgo: fuera de la mirada del mundo, demasiado visibles para un régimen devenido feroz.