Después de Lali, los Milei versus Pablo Echarri
Para el presidente Javier Milei, el actor Pablo Echarri, sería un “héroe”. En cambio, su hermana Karina, la poderosa secretaria general de la Presidencia, lo cataloga como un vivillo.
¿Cómo entender tamaña disonancia entre las dos personas de mayor poder del actual gobierno siamés?
El tema de fondo: los dichosos dólares ahorrados por el actor y que a veces vende para afrontar sus gastos porque ya sus ingresos resultarían insuficientes. Que empiecen a salir de debajo del colchón los dólares guardados, ¿acaso no es uno de los deseos máximos del Gobierno?
En las redes sociales, de manera patoteril y ofuscada, ciudadanos de a pie y trolls subrayan la supuesta contradicción en que incurre una figura adscripta al colectivo “nac&pop” por refugiar sus ahorros en la supuestamente vil moneda norteamericana, en vez de bancar los trapos en nuestro chamuscado dinero nacional, como pretendían durante el apogeo del kirchnerismo.
Todo no habría pasado de meros chisporroteos intrascendentes típicos del mundo virtual, si no se le hubiese ocurrido terciar en la discusión nada menos que a “el jefe” (tal como rotula el Presidente a su hermana).
Llama la atención que la menor de los Milei, que se cuida tanto de no hablar en público y que se muestra tan criteriosa en audiencias privadas, se haya subido en abril último a la cruda pelea en el barro que propone la red social X (exTwitter).
En su primer mensaje, el 20 de mayo, @KarinaMileiOk saludó con el “Hola a todos” (aunque sin la melodía de “Panic Show”, de La Renga) que popularizó su hermano. De paso ratificó, como si quedara alguna duda: “Yo soy El Jefe”. Sigue a 65 personas, entre ministros, funcionarios, medios y comunicadores ultralibertarios. Suele retuitear mensajes de terceros, aunque sin la compulsión que exhibe el jefe del Estado en sus redes. Pronto llegará a los cien mil seguidores.
Sin embargo, días atrás arrobó a @echarripablo1 con el siguiente mensaje: “vos me estás diciendo que estás gastando dólares que has comprado en el gobierno KK, cuando había controles y quien lo hacía lo perseguían por fugar dólares? Además seguro los comprabas al oficial así te llevabas el subsidio...VLLC!”
¿Se trata de una mera inferencia o responde a un “carpetazo” provisto por la Afip, la AFI o algún otro servicio de inteligencia? De existir certeza al respecto, ¿no correspondería que como funcionaria hiciese la correspondiente denuncia?
Estas mismas preguntas fueron remitidas a Karina Milei y a Manuel Adorni. Al cierre de esta columna, solo había respondido el vocero presidencial. “No manejamos información personal, ni fuera de la ley. Menos aún de la AFI”, señaló. O sea que se trata de una inferencia...o prejuicio hacia alguien que piensa distinto.
El mes pasado, durante el foro Llao Llao, el presidente Milei calificó como “héroes” a quienes fugaron dólares porque “lograron escapar de las garras del Estado”. Y recomendó la compra de dólares en negro para no tener que pagar “un montón de impuestos estúpidos”.
Sin embargo, no bien su hermana disparó desde X munición gruesa contra Echarri, el Presidente se congratuló en la misma red apoyándola con un “tsunami de chanes” y haciendo notar que “el jefe ha hablado”, como si se tratara de un preciado oráculo.
Milei no es el presidente más contradictorio respecto de la divisa norteamericana que haya pasado por el poder. En 2008, en plena crisis financiera internacional, Néstor Kirchner adquirió cash dos millones de dólares, alegando que era para comprar un hotel en El Calafate. Cepo mediante, en 2012, por cadena nacional, la entonces presidenta escrachó, con nombre y apellido, a “un abuelito” (como lo llamó peyorativamente) porque había decidido regalarle unos pocos dólares a sus nietos.
Esa supuesta aversión del kirchnerismo por “los verdes” trocó en súbito amor cuando Mauricio Macri la sucedió en el poder. “Dolaricé mis ahorros porque no confío en la política económica de este gobierno”, se sinceró CFK en cuanto arrancó la gestión de Cambiemos. Y la Justicia embargó la caja de seguridad de Florencia Kirchner en el Banco Galicia, donde atesoraba una suma cercana a los cinco millones de dólares.
Durante el gobierno de Alberto Fernández, con la excusa de la “fuga de capitales”, hubo persecución a empresarios y periodistas.
Cambia drásticamente la ideología en la Casa Rosada pero se utiliza el mismo argumento de una supuesta “fuga” de dólares contra una figura conocida solo porque no simpatiza con el actual gobierno.
Echarri tiene una trayectoria muy exitosa de más de treinta años en TV, cine y teatro (ahora mismo de gira, por Rosario, con ART) como para haber acumulado por sí mismo cuantiosos ahorros genuinos.
“La Argentina es un país con una economía bimonetaria”, repite el actor ante las cámaras lo que la exvicepresidenta no se cansa de pontificar en sus “clases magistrales”. Puro chamuyo ya que ninguno de los cuatro gobiernos kirchneristas (16 años) que tuvimos resolvió ese dilema.
Como militante, ¿no sentirá Echarri cierta frustración de que “el modelo” no haya sido lo suficientemente sólido como para superar la “dolardependencia”?
La paradoja enciende el bullying de las redes y de los amanuenses de turno, potenciados por la segunda persona con más poder en el país (¿o la primera?) para distraer, una vez más, de los temas importantes, como antes ocurrió con Lali Espósito. No cambiamos más.