El Delta en los planes de la Unesco
La segunda y tercera sección del delta delParaná pasará a formar parte de la Red Mundial de Reservas de Biosfera, si así lo decide la Asamblea General de la Unesco, que se celebrará en el curso del mes próximo. Es de esperar que esta iniciativa, altamente valiosa para el país -en cuanto supone un paso decisivo hacia la preservación de un ecosistema situado a sólo 40 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires-, encuentre el apoyo deseado en el máximo organismo de la organización mundial de la cultura.
Los objetivos básicos del plan son múltiples: la conservación de los recursos naturales, la protección de los ecosistemas y los paisajes, el desarrollo económico y humano sustentables. Estas metas serán aplicadas a un territorio en continuo crecimiento por causa del avance de las tierras aluvionales.
La inclusión del delta del Paraná en los programas internacionales estimularía, seguramente, el flujo de inversiones nacionales e internacionales hacia esa zona y promovería su desarrollo, así como su apertura a una actividad cuya importancia crece aceleradamente en el mundo: el ecoturismo. Además, produciría otro beneficio: les otorgaría una especie de título o sello de garantía a los productos de la región, en la cual abundan y gozan de alto prestigio, como es sabido, las plantaciones de frutas y verduras. El territorio elegido para el proyecto es el que corresponde a la superficie insular del municipio de San Fernando, constituido, como ya se dijo, por la segunda y tercera sección de islas. El intendente de la comuna mencionada tuvo palabras de reconocimiento, recientemente, para la tarea comunitaria que realizaron pobladores y productores isleños junto con un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires y con organizaciones conservacionistas de la flora y de la fauna. Mediante la acción conjunta de esos sectores se aspira a consolidar una política que preserve el valor ambiental, la calidad de vida y el desarrollo de la zona.
La extensión de la reserva es de alrededor de 88 mil hectáreas y ha sido dividida, para la ejecución del proyecto, en tres partes. En la zona núcleo, superior a las 10 mil hectáreas, que constituye el frente de avance del Delta, la prioridad será la conservación biológica; se procurará asegurar la salvación de especies en peligro de extinción, tales como ciervos de los pantanos, carpinchos, gatos monteses, lobitos de río y pavas de monte.
En el segundo sector, de unas 15 mil hectáreas, se tenderá al fomento de las actividades productivas compatibles con prácticas ecológicas racionales, con el agregado de recreación y turismo. Por último, en la tercera zona, de 62 mil hectáreas, serán facilitadas actividades agrícolas y forestales, así como el asentamiento humano.
En la Argentina existen ya siete reservas de biosfera: San Guillermo, en San Juan; Laguna Blanca, en Catamarca; Pozuelos, en Jujuy; Parques Costero yMarChiquita, en la provincia de Buenos Aires; Yavotí, en Misiones, y acuñán, en Mendoza. La que ahora se propone es la primera situada en las inmediaciones de la metrópoli porteña. Esta última circunstancia encierra un riesgo, pues las grandes concentraciones urbanas tienden a expandirse y suelen convertirse en una amenaza para los ecosistemas. Por lo demás, está claro que subsiste una deuda antigua con la región del delta del Paraná. Varios factores contribuyeron a la expansión de un proceso de degradación que hoy se reconoce como peligroso para la continuidad de la vida y que es necesario detener.
Se debe anhelar, por lo tanto, que el proyecto de sumar al Delta a la Red Mundial de Reserva de Biosfera -que deberá competir con más de 300 propuestas similares presentadas por otros países- pueda encontrar el cauce necesario para su concreción. Si laAsamblea General de la Unesco le otorgara luz verde, las consecuencias serían ampliamente positivas para el lugar elegido y, también, para el entorno con el cual está conectado.