El día en que el Gobierno recupera a su mejor enemigo
Los cacerolazos desorientaron al kirchnerismo. La designación de Sabbatella para completar la ofensiva contra Clarín, en diciembre, ¿es una fuga hacia antagonismos más conocidos?
No debe de haber espectáculo más conmovedor para un sciolista que ver a Gabriel Mariotto reblandecido. Podrá sorprender, pero esto es lo que vienen notando los colaboradores de Daniel Scioli: el mismo vicegobernador bonaerense al que acusaban de golpista, ha tenido actitudes infinitamente más consideradas en estos días. La más reciente fue el informe sobre el caso Candela presentado en la Legislatura: fue Mariotto quien intercedió, lejos de las pretensiones del cristinismo más encendido, para no cargar las culpas por escrito sobre Scioli. La responsabilidad no recayó siquiera en el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, sino sobre la policía.
Los motivos pueden ser múltiples o insondables. El kirchnerismo tiene razones que el PJ no entiende. Mariotto acaba de perder, con la renuncia de Santiago Aragón, sus últimos vestigios de influencia en la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca). Fue un paso atrás cuya explicación varía según el analista. ¿Se deberá, como creen en la provincia de Buenos Aires, al fracaso de su última embestida contra el gobernador en la discusión por el aguinaldo? ¿O a su gestión del concurso para la TV digital abierta, anulado por el Gobierno por falta de interesados? Licitados 220 canales, se vendieron apenas 48 pliegos y la Afsca decidió devolver a los oferentes lo recaudado.
Lo que resulta más claro es el destino de quien reemplazó a Aragón en el organismo: Martín Sabbatella. Su primer gran desafío empieza en menos de tres meses, cuando venza la medida cautelar que le permite al grupo Clarín no adecuarse por completo a la ley de medios. Lo anticipó la Presidenta el 6 de este mes: "La cadena ilegal del desánimo tiene fecha de vencimiento: el 7 de diciembre". Día fundacional para la militancia.
La relación con los medios es ya la prioridad de gestión de gran parte del Gobierno. Basta con abrir la web de la Secretaría de Comercio Interior, que conduce Guillermo Moreno, y encontrarse con un solo link a lo ancho y a lo largo de la página: el informe sobre Papel Prensa. O evaluar los spots publicitarios de los entretiempos de Fútbol para Todos. Un informe de la consultora Search indica que el Gobierno eligió un enemigo o tema por fecha. Le dedicó 2062 segundos a Mauricio Macri en la segunda jornada, transmitidos en ocho partidos. Al domingo siguiente le tocó al gobernador José Manuel de la Sota: 1058 segundos en siete encuentros. Al otro, defendió a Amado Boudou (737 segundos, cuatro partidos). Luego volvió al ataque, pero sobre Daniel Angelici, presidente de Boca (649 segundos, tres partidos). En la sexta fecha cargó contra el intendente Jesús Cariglino (1870 segundos, cinco encuentros). Y el fin de semana pasado, contra el cacerolazo (978 segundos, cinco partidos).
Si se consideran las tarifas publicitarias que Fútbol para Todos ofrecía en 2010 (y que después desechó porque es el propio Estado el que paga los espacios), el más caro fue Cariglino: costó 5.568.000 pesos. Lo siguen la protesta callejera ($ 2.348.800), Macri ($ 2.202.400), Boudou ($ 1.925.600), Angelici ($ 1.430.800) y De la Sota ($ 1.013.200).
He ahí la tarea encomendada a Sabbatella, que deberá además formar equipos, porque carece de funcionarios técnicos. Algunos militantes parecen inquietos ante la desproporción que, afirman, supone el ejército de juristas contratados por Clarín frente a las ínfulas del nuevo escudero. ¿Habrá un año más de plazo para desinvertir, como afirman muchos constitucionalistas, si no hay fallo sobre la cuestión de fondo? ¿Y qué pasará con los medios afines al Gobierno que ya incumplen la ley? Sin especialistas, a Sabbatella le cabrá la definición que Esteban Echeverría le dedicó a Juan Lavalle en el poema "Avellaneda": "Espada sin cabeza".
Diciembre supone además la recuperación de un enemigo visible tras las protestas de la semana pasada. No habría que desatender esta representación imagológica: la peor dificultad para enfrentar esa noche de cacerolas fue la ausencia de un antagonista a quien cuestionar. ¿Había sido la clase media? ¿La derecha? ¿Los bien vestidos? ¿Cibernéticos profesionales, como sugirió Aníbal Fernández? Era más fácil contra la Mesa de Enlace. Sin siquiera una foto de Cecilia Pando en la multitud, en el poder reinó el desconcierto. Todo militante necesita hallar un culpable.
Nunca el kirchnerismo fue tan contradictorio. Si eran pocos manifestantes y sólo los bien vestidos, ¿hay entonces tantos mal vestidos tras diez años de crecimiento asiático en el país de la distribución del ingreso? El secretario Jorge Coscia dijo que también el Gobierno sabrá "ganar la calle"; pero, ¿hace falta recuperarla de un puñado de señoras de Barrio Norte? Aníbal Fernández se desdijo a sí mismo: la protesta fue "importante", soltó primero, y la calculó luego en no más de 20.000 personas.
De todos modos, la nueva corriente de funcionarios del Gobierno pone en Sabbatella objetivos más terrenales. Integrante de Unidos y Organizados, agrupación nutrida a su vez de facciones como La Cámpora, Kolina, Movimiento Evita, Nuevo Encuentro y La Martín Fierro, el ex intendente de Morón conforma el ala elegida para sustituir el respaldo a Scioli en las listas del año próximo. Y, llegado el caso, si la reforma de la Constitución fracasara, ¿no sería además un candidato presidencial bastante más potable a esos paladares que el gobernador bonaerense?
La dirigencia argentina deberá reconocerle el anticipo de estos movimientos al diputado Roberto Feletti. "Hay que radicalizar el populismo", evaluó hace un año y medio en la revista Debate el entonces viceministro de Economía. Su explicación provocó tanto revuelo que fue negada en el propio Gobierno: "Un proceso de estas características necesariamente debería profundizarse. Ganada la batalla cultural contra los medios, y con un posible triunfo electoral en ciernes, no tenés límites", dijo.
Hoy es otra la atmósfera. Lo expuso la Presidenta el miércoles, al dar a conocer la corrección de las retenciones para el biodiésel que habían sido anunciadas hace un mes por el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Pidió tener la suficiente "versatilidad y flexibilidad" para adaptarse a los cambios. El capítulo 1 del manual del kirchnerista.
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