El dilema del tipo de cambio
Cuando los menemistas y el agonizante gobierno de Fernando de la Rúa trataban de lograr un acuerdo de gobernabilidad que evitara el alejamiento del entonces presidente de la Nación, se encontraron con un obstáculo importante: el tipo de cambio.
La estrategia era que los empresarios más importantes del país definieran una serie de puntos sobre los que debía hacerse el pacto de gobernabilidad. Fueron once, se pusieron totalmente de acuerdo sólo en diez. El del tipo de cambio los dividió.
La UIA y algunas grandes empresas exportadoras quisieron y quieren la devaluación y la flotación sucia del tipo de cambio. Los grandes bancos y las AFJP que les pertenecen, las empresas de servicios públicos privatizados prefieren la dolarización, sin devaluación previa.
Dudaron, el pacto se demoró y el gobierno anterior cayó. Esto quitó oportunidades y, por lo tanto, poder al menemismo, principal adalid político de la dolarización. Sin posibilidad de ser candidato en las elecciones anticipadas, Carlos Menem influye mucho menos en las decisiones. Los peronistas que controlan ahora con comodidad la Asamblea Legislativa no quieren ni hablar con el ariete intelectual de la dolarización, el CEMA, cuyos miembros fundadores aparecen en cada acto público de Menem desde que fue liberado de la prisión preventiva.
Adolfo Rodríguez Saá entró ayer como gobernador en la reunión con los legisladores del PJ ratificando la vigencia de la convertibilidad. Pero cuando salió ungido como futuro titular del Ejecutivo apenas dijo "por ahora".
Cambios importantes
Desplazado inicialmente el menemismo y el CEMA del centro de las discusiones, las vías de salida estudiadas corren por carriles diferentes.
La UIA continúa fogoneando la flotación sucia, que generaría una inmediata devaluación. Otras posturas son mantener la convertibilidad y cubrir una porción "razonable" de los déficit con una inyección de bonos para dar liquidez.
Otros prefieren devaluar y luego dolarizar. Ayer y hoy las decisiones económicas han estado en manos de Jorge Capitanich y Oscar Lamberto. "Son peronistas y no pertenecen a las relaciones estrechas con el así denominado establishment; si tienen que tomar decisiones fuertes lo harán", dicen en el PJ.
Entre esas decisiones podría figurar la derivación por un tiempo de todos los aportes personales sobre la nómina salarial al Tesoro, incluso los de los afiliados a las AFJP, señalan.
Pero falta para que se sepa qué equipo tendrá Rodríguez Saá.
Muchos creen que no tocará el esquema cambiario en sus dos meses de gestión. Pero son varios los que creen que si hay devaluación, las privatizadas tendrán que resignarse.